60.-Según Emma, lo que caracteriza a nuestra época es el fariseísmo. “A la nuestra y a todas, me temo” replico, “¿no fue la lucha contra esa impostura tan profundamente arraigada en la psique humana la principal razón de la vida pública de Jesucristo?” “Seguramente había otras razones de igual o más peso, pero no cabe duda de que esa era una” “Yo diría que lo peculiar de estos tiempos es una patética desesperación, así como un panteísmo difuso en relación con la naturaleza” “Tú eres un ejemplo de lo segundo” “Que salga a dar caminatas por el monte no significa que yo sea un representante de esa corriente. Antes bien, tengo una abrumadora conciencia de la divinidad. ¿Tú no?”.
Mi amiga guarda silencio. Tras un ligero carraspeo, dudoso entre seguir hablando de lo mismo o cambiar de tema, me dejo llevar por el flujo de mis pensamientos. “Más en el campo que en la ciudad, me siento en presencia de una realidad que me sobrepasa, que me empequeñece al tamaño de una pulga” “No pareces un hombre del siglo veintiuno” “¿Qué se sale ganado con serlo?” “Pragmático te veo” “Lo que caracteriza verdaderamente a nuestra época es la negación de lo que está más allá de la naturaleza, a la que hay que respetar pero no endiosar. Es decir, la negación de todo aquello que escapa a nuestros cinco sentidos. Resumiendo, la negación de lo sobrenatural”.
61.-Tarde o temprano llega la hora del desencanto, esa en la que constatamos que nada es como habíamos deseado o se le parece poco, que los sueños se han volatilizado, que los logros son magros, que los acontecimientos han dado un giro imprevisto, que una nueva remesa de farsantes hace y deshace…Ese momento fatal es también el del retiro. La cuestión es esta: ¿se puede vivir digna y tranquilamente al margen? ¿o ni siquiera eso es posible?
62.-Las absolutizaciones son nocivas. Las relativizaciones también. Las primeras se traducen en mitificaciones. Las segundas en humo.
63.-Por los paraísos terrenales se paga un precio desorbitado. Y al cabo del tiempo se descubre que sólo eran un bluf.
64.-Los paraísos celestiales cumplen una función mitológica (mito y logos no se excluyen). Los terrenales son coartadas y atajos para hacerse con el poder.
65.-Un paraíso no es una bobada sino la proyección de un deseo de felicidad y perfección. Los listos se aprovechan de esa sed. El resultado es la instauración de un infierno.
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60. Lo has escrito bien, maestro, no hay más que agregar. Época por completo vulgar, aburrida, egocéntrica y egoísta.
61. El problema con el desencanto es que cultural y ancestralmente se nos ha instruido a buscar el torcer el destino para «lograr deseos y metas», a tratar de adecuar la realidad a nuestra voluntad (rubricado con ese lema insoportable y repetido hasta el cansacio de que «los sueños se vuelven realildad») antes de aceptar y adecuarse uno a como viene la vida, a seguir las circunstancias según fluyen y a comprender que la incertidumbre es la ley regente en cada rincón del universo (lo que incluye a nuestro planeta, a sus habitantes y a su vida). El resultado es que como nada se cumple al 100% según lo planeado o deseado, si no es que no se cumple, viene la frustración, el sufrimiento y el desencanto. La vida ni Dios (para los creyentes) son responsables, sino nosotros mismos. La vida es sencillamente la vida y listo; y como de Dios tanto se puede afirmar que existe como que no (pues nadie puede demostrar uno u otro punto) tampoco es es sano adjudicarle la concreción de nuestras necesidades, deseos o voluntad.
62. Toda absolutización cae precisamente por ello en relativización, por lo que se anula al ser inconsistente.
63, 64 y 65. El paraíso es un concepto y no, una parte de la realidad.
Tus reflexiones son lección para profundizar en torno a ellas a nivel personal, así como ícono de tu espíritu inquieto.
Gracias por lo que compartes con tanta generosidad, bardo.
Vaya hasta ti mi admiración y mi enorme cariño, Abrazobeso fuerte, querido hermano.
61.-Las imposiciones, las coacciones, las violencias sean del tipo que sean, ese ansia de salirnos con la nuestra que tan a menudo detecto a mi alrededor, no son desde luego las mejores recetas para sustraerse al desengaño.
¿Pero quién escapa a las decepciones? Lo bueno sería que aprendiésemos algo. Lo malo, lo que suele ocurrir, es que seguimos igual de emperrados.
Es natural que haya que retirarse, ocupar un segundo término, estar ahí detrás, en la trastienda. Para mí es una bendición.
Desmarcarse completamente de las expectativas, tanto de las individuales como de las sociales, dar sólo cuenta ante la propia conciencia (o ante Dios, que seguramente es lo mismo) es el ideal.
La cuestión que planteo es, aun estando de acuerdo, aun aceptando íntimamente esa relegación, ¿es posible llevar esa vida?
Tienes mucha razón en lo que expones, que es lo yo pienso también. Somos hijos maltratados por esas consignas y esos embelecos. Y si no hemos sido capaces de romper con eso, nos convertimos también en eslabones de esa cadena demoníaca, en transmisores de esas instrucciones.
63, 64, 65.-Los paraísos terrenales en el sentido de sociedades en las que imperará la justicia, en las que se acabará con todas las lacras que impiden un desarrollo armonioso, son un engaño.
Como dices, el paraíso es un concepto o una imagen o «una proyección de un deseo de perfección y felicidad».
El paraíso es también un motor pero ¡ojo! sólo a nivel individual. Si lo trasladas al ámbito social, ya tenemos otro infierno (y este no es un concepto ni una imagen sino una realidad).
Gracias a ti, Ernesto. Un gran abrazo.
Solo un pequeño paseo de ventana a ventana para desearte….
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BESUKIS!,- Marina
Muchas gracias. Lo mismo te deseo: una feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo.
Vivimos una época en la que se exalta el conocimiento intelectual, se adecuan las costumbres morales, se es más relajado en cuanto a la interpretación de las leyes de Dios o de plano como dijera Kerkegaard: «La vida no conoce más que la categoría de los sentidos y manda de paseo al espíritu.»
Cuanto más elevado el espíritu más allegados a nuestra consciencia y la consciencia de la existencia de Dios, y de ahí a respetar la naturaleza y todo lo que en la tierra se desenvuelve magistralmente, el camino se hace más libre.
Bajo una gobernación nueva que provenga del Reino de Dios, si hay disposición humana, ya nada haría falta para un paraíso terrenal, Al fin de cuentas, fuimos creados con ese fin y la tierra con todo y todo sigue siendo paradísiaca. La vida vegetal y animal se regenera rápidamente en los territorios más inhóspitos
Desde luego esto no puede ocurrir a través de imposiciones, sino en concordancia con el libre albedrío que tenemos..
Me parece que no es sólo cuestión de confiar en que hombres fueron guiados por espíritu santo para dejar escrituras que sirvan de escrutinio a quienes no nacen con tanta predisposición a creer, sino en saber interpretar el ordenamiento de todas las cosas con un sentido, matemáticamente imposible de surgir de modo aleatorio.
Buen fin de semana. Un abrazo.
Actualmente domina lo que podríamos llamar «sensualismo». Está claro que los sentidos nos ponen en contacto con el mundo, pero reducir el conocimiento únicamente a los datos suministrados por ellos es un empobrecimiento, una traición.
Platón era idealista. De su filosofía seguimos viviendo. Si no nos hemos ido a pique, es porque la perspectiva platónica incluye lo que vemos y lo que no vemos. Esa amplitud de miras ha impedido hasta ahora la implosión.
No se trata de despreciar nada, ni lo alto ni lo bajo, ni lo de fuera ni lo dentro, sino de integrarlo todo.
Pero hay quien está empeñado en convertir al ser humano en una especie de tubo con un agujero en cada extremo. En una ameba que ingurgita y regurgita.
Magnífico tu comentario. Un abrazo.