
Para pasar el tiempo inventaba juegos. Uno de ellos consistía en identificar todos los objetos que había en la habitación.
Este juego llegaba a provocarme ansiedad.
Empezaba por lo más fácil: paredes, suelo, techo, puerta, ventana. A partir de aquí había que andarse con cuidado y seguir un orden.
Objetos-suelo: baldosas, mesa camilla, seis sillas, dos sillones de mimbre con cojines, dos maceteros, una mesita con la radio.
Objetos-techo: florón de escayola, lámpara.
Objetos-pared 1 (la de la puerta): un cuadro, dos fotografías (una a cada lado del cuadro).
Objetos-pared 2 (a la derecha de la pared 1): tres platos de cerámica formando un triángulo y, a cada lado del triángulo, algunos chirimbolos de cobre.
Objetos-pared 3 (la de la ventana): una cortina de cretona con estampado de flores y los visillos blancos.
Objetos-pared 4: un cuadro apaisado y, a cada lado, una fotografía.
Éste era el primer paso. Había que realizar la misma operación con los objetos colocados encima de la mesa camilla, la mesita del radio y los maceteros, donde únicamente había macetas.
Este juego podía complicarse, por lo que a veces me atacaba los nervios y tenía que salir a dar un paseo. Durante un rato, los objetos de la habitación que estaba registrando seguían bailando en mi cabeza.
In illo tempore (IX)
julio 5, 2011 por Antonio Pavón Leal
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