Este árbol es bello como pocos, con esas flores amarillas con forma de diente de león, pero más consistentes y tupidas. Es sobre todo ese color amarillo chillón lo que más le caracteriza, no recuerdo un árbol en mi zona de similares características, sí flores, como la margarita.
La combinación de la mimosa con la buganvilla también es estupenda. ¡Toda una fotografía!
Sin embargo, y a pesar de su belleza, siento una ligera nostalgia al ver estas fotos. ¡Qué pena que fueras tan sucio a la hora de quitarte tus mejores galas!
No entiendo el sentido de la última frase. ¿Estás hablando del autor del blog o del árbol cuando se desprende de sus hojas y de sus flores? 🙂 Si es lo segundo, falla la expresión. Y si es lo primero, requiere una explicación.
Es, en efecto, un árbol muy vistoso. Una auténtica explosión de color. El amarillo de sus flores esféricas no lo veo chillón sino brillante. Quizá las totografías no le hacen honor.
Por supuesto que no me refiero al autor del blog, ni tampoco creo que falle la expresión. Tan solo le hablaba a un árbol que me vio crecer, y que tuvo un triste final. Por cierto, que lo que si falla es tu emoticono de la sonrisa, que debería ser: 🙂 Bueno, un saludo desde la biblioteca de Ciencias.
Le estabas hablando a ese árbol que te acompañó durante tu infancia y tu adolescencia. A mí me apenó también su final. Todavía echo de menos su presencia en aquel rincón, que era el suyo.
El emoticono queda corregido. Y el malentendido aclarado.
Sí, estas fotos las hice el fin de semana pasado. La mayoría de las mimosas que he visto no han florecido todavía, pero ésta se ha adelantado y lucía esplendorosa en estos fríos y luminosos días de febrero.
Todos los años, cuando florecen las mimosas, me parece que la primavera se ha colado de rondón para darnos una sorpresa.
Este árbol es bello como pocos, con esas flores amarillas con forma de diente de león, pero más consistentes y tupidas. Es sobre todo ese color amarillo chillón lo que más le caracteriza, no recuerdo un árbol en mi zona de similares características, sí flores, como la margarita.
La combinación de la mimosa con la buganvilla también es estupenda. ¡Toda una fotografía!
Sin embargo, y a pesar de su belleza, siento una ligera nostalgia al ver estas fotos. ¡Qué pena que fueras tan sucio a la hora de quitarte tus mejores galas!
No entiendo el sentido de la última frase. ¿Estás hablando del autor del blog o del árbol cuando se desprende de sus hojas y de sus flores? 🙂 Si es lo segundo, falla la expresión. Y si es lo primero, requiere una explicación.
Es, en efecto, un árbol muy vistoso. Una auténtica explosión de color. El amarillo de sus flores esféricas no lo veo chillón sino brillante. Quizá las totografías no le hacen honor.
Por supuesto que no me refiero al autor del blog, ni tampoco creo que falle la expresión. Tan solo le hablaba a un árbol que me vio crecer, y que tuvo un triste final. Por cierto, que lo que si falla es tu emoticono de la sonrisa, que debería ser: 🙂 Bueno, un saludo desde la biblioteca de Ciencias.
Le estabas hablando a ese árbol que te acompañó durante tu infancia y tu adolescencia. A mí me apenó también su final. Todavía echo de menos su presencia en aquel rincón, que era el suyo.
El emoticono queda corregido. Y el malentendido aclarado.
¡Qué bonitas! ¿Son ya de este año? Todavía no he visto ninguna. Sabes, esta es mi flor preferida de toda la vida. Su exultante color me fascina.
Sí, estas fotos las hice el fin de semana pasado. La mayoría de las mimosas que he visto no han florecido todavía, pero ésta se ha adelantado y lucía esplendorosa en estos fríos y luminosos días de febrero.
Todos los años, cuando florecen las mimosas, me parece que la primavera se ha colado de rondón para darnos una sorpresa.