Cual nubes apretadas, bajas, amenazantes,
que acongojan el ánimo, que turban con su torva
intención de inundarnos, cargadas de aguaceros
capaces de horadar tejados y paredes
con su furia satánica, preñadas de relámpagos
que vuelven más profunda la lobreguez del día…
Mas he aquí que se alejan.
El viento las ahuyenta, el viento las dispersa.
Un pedazo de cielo aparece de pronto
azul, hermoso, límpido.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.




En Chile tenemos este tipo de aguaceros en Agosto, furiosos y breves, como amoríos de gatos que también comienzan en ese mes.
Y luego el cielo se abre, azul y limpio…
Me gusta tu poema, me recuerda al sur de Chile en agosto 🙂
Aquí esos aguaceros son más propios del otoño y de la primavera.
Me gusta la comparación: «furiosos y breves como amoríos de gatos», es una imagen muy expresiva. Hoy, por ejemplo, tenemos un día lluvioso pero tranquilo.
Como la vida misma realzada por la palabra.
Probablemente no son las nubes sino la vida misma la que ha inspirado este poema 🙂
Pues fíjate que estoy yo estos días con un nubarrón igualito! A ver si llega ya el viento de Levante y me deja ver el azul cielo!!!
Preciosas palabras, como siempre.
Un abrazo
Ese es mi deseo: que sople el viento y se disipen las nubes para que luzca para ti un hermoso cielo azul. Cordialmente.
Gracias Antonio, sé que lo dices de corazón. Feliz día para ti también