Cuando no sé qué hacer y me asaltan las dudas,
me oprime la tristeza o siento un desapego
enfermizo, malsano, por mi propia existencia,
mi primera reacción es dejar que me arrastren
en su loca carrera los caballos furiosos
de mis programaciones, de ese montón de cosas,
a cual más importante, que exigen mi atención,
mi tiempo, mi energía, que no admiten demora
¿Es que no puedo estar a solas con mis dudas?
¿es que no puedo estar a solas con mi hastío?
¿mirarlos a la cara? ¿un rato estar con ellos?
¿es que no puedo estar sencillamente quieto?

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported
¡Que reflexion tan cierta Antonio!
Muchas gracias por compartirla con tan acertadas palabras…
me has hecho parar y quedarme un rato a solas con mis dudas y por que no, tambien con mi hastío…
Gracias a tí, María Antonieta, por tu comentario.
Creo que es verdaderamente difícil pararse y estar a solas con uno mismo.
Me hace feliz que este poema te haya permitido disfrutar de tu propia compañía, dudas y hastío incluidos.
Te entiendo absolutamente. Me encantó
Gracias, Mai, por tu comentario. Es agradable encontrar a alguien que entiende y comparte los mismos sentimientos poéticos.
Hoy publico otra variación sobre el mismo tema.
Saludos cordiales.
Estoy totalmente de acuerdo con tu extraordinario poema. Muchas gracias por compartir.
Sí, es difícil estarse quieto, tranquilo, y dejar que la vida siga su curso, que la vida nos viva, y no ser nosotros quienes le impogamos nuestros deseos y nuestras exigencias.
Gracias por tus visitas y por tus comentarios. Que tengas un feliz día.