Terco fantasma que surge a deshora,
trastocando mi vida y sus afanes,
provocando conflictos y desmanes
donde reinaba la concordia otrora.
En los sustratos más profundos mora,
implacable traílla de alacranes
que destruye propósitos inanes
conforme asciende, misteriosa espora.
Abrumador camuñas de la infancia
que me sigue zahiriendo con sus flechas
y embriagando cuando halagüeño escancia
en mi oído el vino de sus endechas.
Tildarlo de rememoración rancia
no impide que no haga nada a derechas.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported



Extraordinarias letras.
Muchas gracias, Pastora. Un abrazo.
Lo leí de un tirón, qué gran melodía. Mi enhorabuena.
Un saludo 🙂
Muchas gracias y feliz velada.
Algunos fantasmas pueden ser tercos pero quizás deseen comunicarnos algo importante que ocurrió y pueda volver a pasar, son amigos y moradores de las cuevas de las advertencias.
Es seguro que esas criaturas nos quieren decir algo, contarnos alguna vieja historia, recordarnos que siguen penando.
Tu interpretación de los fantasmas, tan positiva como todas tus reflexiones, merece ser tenida en cuenta.
Tu definición: «amigos y moradores de las cuevas de las advertencias» es un bello retrato.