La linda parejita viviendo a tope. Manos arriba. Todo el mundo al suelo. Tú también. He dicho todo el mundo al suelo. Mientras ella apunta con la pistola, salto por encima del mostrador. Le arrojo la bolsa al cajero. Llénela. Rápido. Luego la huida. La sirena de la policía. La persecución por las carreteras del Medio Oeste. Huele bien. A café con leche y tostadas. Un cliente moja voluptuosamente un churro en un tazón de chocolate. Lo sumerge una y otra vez. Lo empapa. Luego se lo lleva a la boca y lo mastica con delectación. Un chorreón de chocolate le resbala por la comisura de los labios. No se molesta en limpiarse. Felicidad absoluta. Sólo cuando acaba de zamparse el largo cilindro de masa frita, coge una servilleta de papel y se la pasa por la barbilla. Luego hace una bola y la tira al suelo que está lleno de servilletas sucias y sobrecitos de azúcar vacíos. ¡Mmm! Se da cuenta de que. El churro en suspenso, goteante. Sigo andando. Cojo por una calle más tranquila. Atravieso la plaza. Deambulo por los alrededores de la catedral. Turistas con cámaras fotográficas, señalando con el dedo, chupando una patilla de las gafas de sol que se han quitado. Tan atentos. Tan curiosos. Tan metidos en su papel. Extranjeros por todas partes. Ojalá no encuentre a nadie conocido. ¿Qué haces por aquí? ¿Y a ti qué te importa? Gesto de consternación. Hacer yoga. La postura del loto. La postura del guerrero. Perro cara arriba. Perro cara abajo. Me duele la espalda. Relajación. Concentración. Meditación. Liberación. Comprar un libro sobre este tema. Entro y pregunto. No entro. Sale una monja sonriente. Me quedo mirando una reproducción del Cristo de Velázquez. Tan sereno. Tan natural. Tan resplandeciente. Como esta luminosa mañana. Me vuelvo. La monja ha desaparecido. Se la ha tragado la multitud. La voraz multitud.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Para esta lectora no hay nada mejor que reconocer lo que se lee. Sentir que lo he vivido o lo hubiera podido vivir, con las correspondientes emociones incluidas.
La literatura, según mi modesto saber y entender, es descubrimiento de uno mismo, de los demás, del mundo que nos rodea. Es un testimonio de vida. Le he dejado un comentario parecido a una bloguera francesa, como podía dejártelo a tí por la misma razón. Me resulta gratificante leer algo bien escrito en donde, como tú dices, puedo reconocerme. El sentimiento que aflora es de agradecimiento por ese regalo.
Esta entrega es la penúltima de «In illo tempore». El próximo viernes publicaré la última. Y a principios de la próxima semana haré en el blog una presentación de este libro que me ha ocupado, no de forma ininterrumpida, desde enero de 2011, es decir, desde que creé «El bosque silencioso».
Ay que miedo me ha asaltado!!! Espero que cuando el libro termine, y ya nos queda poco tiempo, no cierres el blog, y sigas compartiendo tus bellas fotos y tus dulces poesías!!!
No hay temor, Jacobo. El blog es un medio ideal de sacar a la luz lo que escribo y lo que ya tengo escrito. Es cómodo, se llega a muchos sitios y sirve para hacer amigos y disfrutar de su trabajo. Sin duda, es un gran invento. Una herramienta extraordinaria para todos los que nos aventuramos en el mar literario. Gracias por tu interés.