II
La fina arena de la playa. La rubicunda arena que cubre esa franja costera. Esos infinitos granos que se escurren por entre los dedos sin dejarse atrapar. La arena apelmazada que lame el agua, y la otra, suelta y ligera, sobre la que el viento dibuja cordilleras y valles cuya configuración trastoca por completo una ráfaga más impetuosa. Efímeras orografías. Cambiantes mapas de arena. Doradas partículas que se agolpan en esa banda fronteriza y se codean día a día, hora a hora, segundo a segundo, con el rugiente mar. Pero ellas no le oponen resistencia. Cuando la pleamar remonta esa suave pendiente, cuando las olas empiezan a ganar terreno y a una sucede otra que llega más lejos, cuando esos lengüetazos van empapando la playa, allanándola, comprimiéndola, oscureciéndola, la arena se deja invadir. Sólo las pulgas huyen enloquecidas ante el imparable avance de la marea, se refugian en sus agujeros excavados a toda prisa, dan grandes saltos en todas las direcciones dominadas por la preocupación de poner sus traslúcidos cuerpos a buen recaudo.

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Es una descripción elegante, con movimiento donde se percibe la fuerza de la naturaleza en armonía.Todo está bien.Todas las partes del todo aceptan y actúan cómo deben hacerlo.Incluso las pulgas reaccionan de acuerdo con el todo y su naturaleza.Enhorabuena, una hermosa descripción.
Muchas gracias.
Has captado la integración de los elementos que componen la segunda parte de esta prosa poética y existencial.
La arena, esa roca desmenuzada en minúsculas partículas, que cobija, resguarda, descubre, se deja moldear, se transforma, sostiene, resiste… la arena.
Hermoso texto con reflejos marinos, mi querido vate.
Abrazote, amigo.
Es una marina. La contemplación del océano suscita una reflexión en el personaje que está sentado en la duna. Es una descripción en tres tiempos que marcan la roca, la arena, que tan bien defines y valoras en tu comentario, y el hombre. El mar es el fondo omnipresente de la composición. Un gran abrazo.
Gracias por todo eso que nos regalas en tus textos. Para alguien como yo, para quien el mar es un elemento indispensable en la vida, el valor es inconmensurable, Antonio. Abrazo fraterno.