XXVI
No sé qué le infundían mis juegos infantiles.
Lo ponían frenético.
Veía que temblaba igual que un azogado
cuando me descubría a ellos entregado.
Si no fuese porque era un caso manifiesto
de impotencia incurable,
diría que embargábalo el placer del orgasmo,
tal era el alborozo que afloraba a su rostro.
Tan abstraído estaba que cuenta no me daba
de que era observado, de que solo no estaba,
hasta que una risita, aterrado, escuchaba.
Entonces me volvía y allí me lo encontraba
en la misma actitud de quien pilla in fraganti
a un vulgar ladronzuelo.
Más tarde escucharía, cuando público hubiese,
sus consideraciones.
En verdad lo callado era más torturante
y encerraba más bilis que lo que ese tunante
exponía a las claras.

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¡Ahí está el gran secreto, no dejarse ver!…» En verdad lo callado era más torturante y encerraba más bilis que lo que ese tunante exponía a las claras.»…la ventana de johari.
La pregunta esencial es: ¿se puede ser uno mismo? El poema pone de manifiesto que esa actitud confiada es peligrosa. El ingenuo sujeto se expone a la interacción o a la reacción de los otros que puede ser destructiva.
No dejarse ver es a menudo una simple medida defensiva. Pero también es la clave, como ya hemos señalado, para ser felices, para vivir en paz.
Por cierto, me he tenido que informar de qué es la Ventana de Johari (https://es.wikipedia.org/wiki/Ventana_de_Johari). Le voy a tener que dedicar más tiempo para enterarme del modelo de análisis que propone.
Creo haber entendido la alusión y la elección de la cita. Y la razón que llevas.
Que tengas una buena semana.
Si eres tu mismo te crucifican los que nunca te entenderan
La crucifixión es una práctica vigente, a la que se recurre por diversos motivos. Uno es el que señalas. Cordialmente.
¡Por Dios, este personaje con sólo dos comentarios, no puede ser, anímense queridos lectores a decirle unas palabritas, no sean tímidos!
Que se las merece. Lo que no estoy seguro que se merezca es este tema de Andrea Bocelli. Eres muy generosa.
Cada artículo es un partir y un llegar.
«Uma pequena viagem».
Exporessions exraordinary risitas, risas y placeres de la vida. Jalal
Gracias por tu comentario, Jalal.
Que tengas un buen día.
Mucho Gracias.
La intromisión, la falta de respeto, el violentar la privacidad, en fin, todas, manifestaciones de la desconsideración hacia la libertad del otro.
Y si lo llevamos más lejos, es la sensación de que nadie está a salvo de ser vigilado: por sus vecinos, por el gobierno, por el reaccionario.
Bestiario de muchas lecturas, a no dudarlo, maestro mío.
Juego magistral de ritmo, rima y significación.
Una lección poética, bardo.
Te abrazobeso con el cariño fraterno de siempre y gracias por tus letras, porque nos llenan el espíritu.
Magnífica tasación de esa actitud presidida por la falta de respeto y el posterior ejercicio denigratorio.
Hay una expresión castiza que resume ese comportamiento: poner en la picota. Es decir, exponer al oprobio público.
Los motivos son banales, a veces inexistentes. Si los hubiese, entonces sería una cuestión legal, que incumbiría a la justicia.
Pero no se trata de procesar un delito sino un acto, o más bien, a una persona por sus actos.
Es una práctica inquisitorial. Ingenuos somos si pensamos que esa práctica es privativa del ámbito religioso.
Es un ejercicio insidioso que emerge en cualquier momento, lugar o situación.
En el poema, con ocasión de ciertos juegos infantiles, que (como suele ocurrir en general) no son más que el pretexto o el desencadenante.
Lo sintetizas bien en tu comentario: «Nadie está a salvo de ser vigilado».
Gracias a ti, por la generosa valoración que dispensas a esta serie de la que quedan un poema (XXVII) y el Epílogo. Un abrazo.
Honor a quien honor merece, y tú eres receptor conspicuo de él.
Abrazobeso fraterno y cariñoso, Antonio querido.