Un buen planteamiento conlleva la solución del problema. Éstas eran las atinadas palabras del maestro de escuela, que aplicaba exclusivamente a las matemáticas, pero que al alumno le habían reportado numerosas ventajas en todos los ámbitos.
Ahora que lo contemplaba por última vez en su caja de cedro, empequeñecido, con los ojos cerrados, le recordó vagamente a un recién nacido.
En su memoria se dibujó con nitidez la figura del maestro ante la pizarra, señalando con el puntero los guarismos escritos en ella y repitiendo su mantra favorito: “Un buen planteamiento nos conduce sin tropiezos del principio al final”.
.
.
.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Que bonito el modo en que un profesor es recordado. Desde que comencé a preguntarme y a plantearme seriamente esta pregunta, ¿cómo quiero ser recordada? mis clases y mi vida en general ha cambiado.
Once again you got me thinking!!
Espero que la enseñanza en Chile sea un trabajo gratificante. Aquí, en España, ha cambiado mucho, en el sentido de unas cada vez más abrumadoras burocratización (muchos papeles y reuniones) e ideologización. No se parece mucho a la enseñanza que conocí cuando empecé hace ya bastantes años, en la que lo prioritario era transmitir conocimientos, formar intelectual y humanamente al alumno.
En la actualidad, los centros de enseñanza secundaria (los insititutos) son una mezcla de macro guarderías y agencias de viaje.
Como ves, es un tema que me toca de cerca y ante el que sólo puedo mantener una actitud crítica.
Un buen maestro siempre deja huella en el alumno, el alumno debe estar predispuesto a la recepción de las buenas enseñanzas. Y saber también alejarnos de un mal maestro es importante en la vida.
Muy cierto: » Un buen planteamiento nos conduce sin tropiezos del principio al final”. Aunque a veces no sé si deberíamos aprender a ser más calculadores, porque si nos falta el buen cálculo, con el paso del tiempo nos pasa factura…
De los malos maestros Dios nos libre. Mejor no tener ninguno. Incluso los buenos planteamientos, creo, no evitan los tropiezos. Quizá por eso piensas que hay que ser más calculadores. A mí me cuesta serlo. Prefiero dejarme guiar por la intuición.