1
Tan fino y espigado,
cubierto con su capa,
del mundo fenoménico
─del terrible samsara─,
airoso se sustrajo,
escapóse con gracia.
2
Con su mano derecha
ahuyenta los temores,
con su mano derecha
salvaguarda y acoge.
Con la izquierda extendida
la caridad propone.
3
Sidarta se sonríe
desde su alto nirvana.
Nos mira y se sonríe
con sonrisa enigmática.
Como niños malcriados
otros hablan y hablan.
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