En piedras ahuecadas
En conchas peregrinas
En vasos de cristal
De plata, bronce, arcilla
De los malos espíritus
Una llama nos libra
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Parece una oración, preciosa, que me recuerda que no importa el continente. Lo importante es lo esencial del ser humano que debe mantenerse vivo «la llama de Amor viva» para ser realmente eso: humanos.
Quizá toda la poesía es una forma de oración, un intento de conectar con la trascendencia. La aspiración tan humana de abrirse a la infinitud. La llama, tan aparentemente débil, es como un faro que ilumina y atrae. Sin esa llama, que ahuyenta a las tinieblas, como digo en otro poemita inédito, nos perderíamos.