Al anochecer vuelan los mochuelos
y mil formas en lo oscuro entreveo,
enigmáticos signos de un deseo
que de la tierra se alza hasta los cielos.
Con las sombras nocturnas los anhelos
asisten, acezantes, al careo
entre aquello que soy y lo que creo,
esperando que al fin caigan los velos.
Mariposas de terciopelo grana,
festoneadas de negro, enfebrecidas,
bailotean al sol de la mañana.
En sus continuas idas y venidas
buscar motivos es tarea vana,
ni en sus locas bajadas y subidas.
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Siempre he admirado que te des el trabajo de escribir sonetos.
En este se siente el revolotear de las aves y de la sensación que provoca en quien las ve. Felicitaciones!!
Es verdad que la redacción de un soneto implica una mayor trabajo y unamayor concentración, pues tienes que ajustarte a un esquema rígido. Pero también, si consigues acabarlo, el efecto que se consigue, el resultado final es superior. Un soneto es un mecanismo de precisión.
Pero yo creo que escribir, en general, es difícil. Esta es mi experiencia, aunque se trate de un texto corto en prosa. Gracias por tu comentario.
Muy hermoso. Perfecto!
Muchas gracias, Bárbara. Un abrazo.