Ese demonio oriental,
vestido de colorines,
es el reflejo del mal
en las pupilas de un tigre.
Vestido de carmesí,
de amarillo, de violeta,
vestido de azul turquí,
es el guardián de la puerta
por donde se entra y se sale
de este mundo terrenal,
de este mundo en el que vale
el bien lo mismo que el mal.
El custodio de la entrada
no pide santo ni seña.
Es despótico, se enfada,
le encanta andar a la greña.
Ese demonio oriental
(con eso está todo dicho),
empecinado en el mal,
siempre atento a su capricho,
que golpea con el pie
el suelo insistentemente,
cual si estuviera demente,
y ciertamente lo esté,
es el guardián de la puerta,
Dios a todos nos asista,
porque esa criatura tuerta
tiene intenciones de avispa.

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Me dio miedo la planta….
La planta es un inofensivo aloe (una variedad conocida también con el nombre de «pecho de perdiz» por las manchas blancas que tienen sus hojas). Mucho más peligroso es ese demonio oriental 😮