Ese adefesio de laca
no deja de dar la lata,
tan redicho y respondón.
Le voy a dar un capón
si no me obedece y calla.
Si yo digo que esto es bello,
él mantiene que esto es feo,
si digo alto, él bajo
porque tal es su trabajo:
chinchar a diestro y siniestro.
Por muy oriental que sea
que ojo avizor se ande
y haga lo que yo le mande.
Si digo fea es que es fea,
si digo grande es que es grande.
Entonces el vil demonio,
más malo que el estramonio,
se burla, me hace una mueca,
después da una voltereta
y se pone ante la puerta.

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Tu demonio es peor que niño chico….
Y más alla de la imagen de este personaje, me gusta el ritmo de tu poema, es como saltarín, creo que eso hace que el demonio parezca más travieso 🙂
Saludos desde Chile 🙂
Mucho peor.
Y más que travieso es pendenciero, provocador, aguafiestas.
Es posible que el ritmo del poema siga el de las volteretas y desplantes de esa criatura empeñada en cortar el paso, en no dejar trasponer la puerta.
Cordialmente.
¡Menudo guardián tiene que llevar la voz cantante siempre!, aunque algo de ingenio tiene, no muy del gusto nuestro, pero en algo debemos felicitarle.
Si el guardián es un demonio (oriental, por más señas), no esperemos otro comportamiento. Su objetivo no es otro que hacernos la pascua.
Reblogueó esto en Site Title.
Gracias por rebloguear. Saludos cordiales.