El ocioso se detuvo ante el taller de bicicletas. Apoyando una mano en el quicio de la puerta, se quedó observando cómo el mecánico se afanaba en la reparación de un velocípedo cuyo cuadro estaba torcido. En ese momento trataba de enderezar el manillar. “Difícil está eso” dijo el paseante en villa. El dueño del taller se irguió pero no replicó nada. “Menudo porrazo ha dado ese corredor. Ha dejado a la burra para el arrastre” añadió.
Uno y otro eran conocidos del barrio. Por eso el mecánico no se molestó en dar ninguna explicación. Encendió un cigarrillo y expulsó una bocanada de humo mientras examinaba con ojo crítico la maltrecha bicicleta.
Luego, fijando la mirada en el holgazán, le espetó: “¿Y tú qué haces?”. Encogiéndose levemente de hombros el otro respondió: “Aquí me ando”.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported
Excellent post.l read your about again and l liked your thoughts about the mighty nature.Thank you for liking my recent post.Best regards.jalal
You are very generous.
Nature is a master. Nature is also a source of inspiration for me.
I greatly appreciate the ideas that you expose in your articles.
Good night.
Mucho sirve el que no estorba… un abrazo
Así es, Rubén. Por lo menos que no distraiga y deje trabajar a los demás. Buen fin de semana.
Siempre le pueden hacer encargado…Los comentarios ya lo hacen. O mánager…
O un jefecillo de esos que saben tanto y dan tantas explicaciones sin que nadie se las pida, de esos que están de aquí para allá sin hacer nada útil, entorpeciendo e irritando. Gracias por el comentario y que tengas un buen día.
Tierna escena, conmovedora. ¡ Ay, me ha recordado a esta deliciosa y magistral película!, siempre debemos pasear por los prados de las estrellas.
Hermosa escena la descrita por ti, Antonio. Saludos Cordiales.
Bueno, es una escena más bien chirriante. El haragán que la coprotagoniza no es alguien que inspire mucha simpatía ni benevolencia.
Si llevas razón, Antonio, el haragán es antipático, pero aun así no deja de parecerme una escena tierna en cierto sentido, aunque por supuesto al mismo tiempo es chirriante la escena, sin lugar a dudas.
[…] Source: El ocioso […]
Gracias por rebloguear. Saludos cordiales.