En el cuarto de baño
lavándome la boca
mirándome al espejo
me dedico a pensar
pienso en cosas sencillas
agradables inocuas
pienso en esto en lo otro
en lo de más allá
por supuesto es un juego
porque nunca me acuerdo
con certeza después
de en qué he estado pensando
porque me siento bien
porque todo consiste
en llevar el compás
en seguir dócilmente
el mandato del ritmo
de mi ritmo interior

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Bello bosque silencioso.
Gracias, Rosa. Me alegro de que estés de vuelta en la blogosfera, y espero disfrutar pronto de tus posts.
Gracias. Empiezo la semana que viene y me pondré als día con los demás escritos tuyos. Un abrazo!
Siempre es una maravilla no recordar sobre lo que hemos estado pensando. Dulce y cercana imagen…son las que nos dan alas y…¡uh a volar!
Pasan por la cabeza tantas simplezas y absurdos que trae más cuenta olvidarlas.
Los pensamientos van y vienen. Mejor es dejarse mecer por ese vaivén, sin tratar de imponer criterios y directrices. Mejor es dejar fluir los pensamientos, vivir respetando los propios biorritmos.
Creo que el culpable de todo esto pudiera ser ese Erote con alas » las de la ternura», existen diferentes alas…no podemos elegir son ellos los que nos la adjudica.