Contigo se tropieza mi mirada,
a lo largo del día, muchas veces.
Eres aborrecible y te mereces
que te cante la verdad bien cantada.
Por tu pertinacia desvergonzada
que te lleva a mantenerte en tus trece,
a pesar de mis quejas y mis preces,
eres la contrarréplica de un hada.
Eres soso, insolente, machacón.
Crees que la tuya es la única manera
de regir nuestra mente y nuestra acción.
Mas sólo eres un reloj de pulsera
y hoy domingo voy a darte plantón.
Hoy domingo no te quiero a mi vera.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported
Y sin embargo, el tiempo fluye inexorable.
Es su naturaleza. Pero el reloj es un grillete que nos encadena. Es preferible fluir con el tiempo sin dejarse tiranizar por él.
Tiré mi reloj al río
Para mirarlo cómo se hundía…
No hay duda, Remigio. Tienes un oído musical. Pero yo creo que la letra original cantada por Cholo Aguirre, María Dolores Pradera o Julio Iglesias, en la que se habla de un pañuelo, es más poética. O cantada por ti 🙂
Genial soneto, jajajaja. ¿Quién dijo que el humor está peleado con la poesía?
Abrazote.
Por supuesto que no. Basta recordar, entre otros ilustres ejemplos, los sonetos de Quevedo «Érase un hombre a una nariz pegado» o «A una dama bizca y hermosa». Al parecer el primer soneto está inspirado en su rival literario Góngora, a quien dedicó otro que empieza «Yo te untaré mis obras con tocino / porque no me las muerdas, Gongorilla». El vate cordobés, por supuesto, respondió. Pero yo creo que Quevedo tenía la lengua más afilada. Eximios antepasados que supieron conjugar con maestría el humor, la sátira y la poesía. Un abrazo.
Así es, Antonio. Tu dixisti bene. Otro abrazo.
Hace años que lo quité de mi vida. Tiempo y espacio, espacio y tiempo, no sé cuál de los dos fue antes, pero confieso que ambos se me quedan pequeños. Siempre me gustaría tener más espacio y el tiempo…, sin mi reloj, que fuera inagotable. Un cálido abrazo.
A mí me pesa en la muñeca. Pero durante la semana lo llevo y, como digo en el soneto, mi mirada se tropieza con él a menudo. Durante los fines de semana y en vacaciones, lo castigo metiéndolo en un cajón 🙂
Aprecio en tu comentario tus grandes ganas de vivir, supongo que incrementadas por tus circunstancias presentes. Ánimo.
Qué bueno que lo metas en el cajón!
Amo la vida y me considero una persona afortunada porque me siento feliz cada día y lo intento contagiar a las personas con las que tengo la suerte de cruzarme en el camino. Y cuánto aprendo de ella! mi madre. 🙂
Humor y poesía, signos de inteligencia ambos. Nos dirije nuestras vidas, bien es verdad, a veces debemos dejarlo en las mazmorras. Genial: » Eres la contrarréplica de un hada», yo sí creo en las Hadas y al igual que los Ángeles revolotean muy cerca de nosotros…cerca muy cerca y casi no nos damos cuenta pero nos tocan…con sus varitas o alas…hermosamente mágicas.
Sin el humor la vida sería un páramo intransitable. Aprecio mucho el sentido del humor. Las personas que carecen de él, que lo toman todo al pie de la letra, se pierden algo importante. Poesía y humor hacen más soportable nuestro caminar. Incluso pueden iluminarlo y darle un significado.