XXI
En la casa de fieras, unas rugen, aúllan,
otras silban, rebuznan, cacarean, maúllan.
Todas se identifican por un sonido propio,
menos una que escapa
a este fácil recurso de catalogación.
Sacar los pies del plato es uno de sus vicios
que podemos contar entre los más discretos.
Sentado en un rincón de su apestosa jaula,
este engendro nos mira, nos escruta y arroja
por entre los barrotes un gargajo verdoso
que a nuestros pies cae.
Entonces este cruce de hiena y arrendajo
nos enseña los dientes, amarillos de sarro,
y emite una risita.
Si piensa que ha hecho gracia, nuevos escupitajos
lanzará hasta que al fin uno vaya a parar
a un zapato, al pernil.
Qué jolgorio en la jaula. El bicho no da saltos.
Es demasiado torpe para hacer monerías.
Pero reirá de nuevo, retemblando los pliegues
de su fláccida piel.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
El patán que es patán de espíritu y que no conoce nada más que serlo, cuyas miserias emanan de cada uno de sus poros.
Bestiario que retrata todo lo despreciable en que ha resultado una parte de la humanidad, en estos tiempos convulsos y revueltos.
Chapó, maestro querido.
Un patán a todos los niveles. Un sujeto al que no hay por donde cogerlo, ni con pinzas se puede. Un tipo zafio, grosero, que por fortuna no abunda. Además se las da de gracioso. No me atrevo a afirmar que es una especie en extinción, pero ha habido un cambio social que lo ha arrinconado u obligado a un comportamiento más cívico.
Sí, querido Ernesto, este poemario no es una angelología sino un bestiario. Los personajes que aquí aparecen no son precisamente dignos de estima. Que tengas una buena semana. Un abrazo.
En efecto, maestro mío, no son personajes estimables, pero forman parte de la cotidianidad y por no mencionarlos, no dejan de existir. El que tú los conviertas en motivo de reflexión poética, de denuncia lírica, indica que en toda abominación hay posibilidad de sublilmirla con la obra del espíritu, pues como lo dijo Hegel, somos espíritu en el fondo.
Se te admira mucho, bardo querido, y se te quiere más, amigo entrañable. Grande abrazobeso.
Ojalá sea cierto que en toda abominación hay una posibilidad de sublimación, que en todo crimen hay una posibilidad de redención, que toda injusticia puede ser revertida.
El trabajo literario cobraría mucho sentido. Sería una contribución a la mejora de la raza humana. Es un planteamiento muy gratificante. Un abrazo.
Y creo que así es. El buen trabajo literario lo logra. Es un consuelo saber que el tuyo entra en esa línea y contribuye a esa mejora; por eso leerte siempre es tan gratificante, Antonio querido. Grande abrazobeso, frater.
¡Ay noooo! Este me cuesta aún más que los anteriores, ¿será por la risita?
Este es un impresentable de cuidado. Un espécimen, como le comentaba a Ernesto, en vías de extinción, creo y espero.
Maleducado, repulsivo, un genuino representante de la España profunda y casposa.