XXVII
Tú siempre disponible, atento al menor gesto,
el tiempo, la energía ofrecidos sin tasa,
con genuina alegría.
Qué importan las esperas, la sed, el tedio, el hambre.
Qué importan que se burlen de tu fidelidad.
Desafiante, tranquilo, sabes lo que te juegas.
Te has propuesto no ser un barco a la deriva.
Tu precio pagarás, hoy piensas que elevado.
En aquellos momentos más hubieras pagado.
Lo malo de ese afán es que erraste los tiros.
Después de tanto tiempo, qué fácil es decirlo.
Como tantos negocios iniciados con fe,
que a pesar del empeño se tuercen y fracasan,
la cosa salió mal.
Sólo quiero pedirte
que de decir te abstengas, pedirte y acabar,
memeces del calibre “si volviera a empezar”.
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¡Ah pero si lo primero que le ha salido a esa entrañable bestia es : si volviera a empezar”.!, está claro Antonio que por mucho que le adviertas las cosas hace lo que tu no quieres.
No se vuelve a empezar. Lo vivido vivido está. A lo mejor sirve como experiencia, a lo mejor se ha aprendido algo. Pero eso no es seguro
Te dejo este poema de Konstantino Kavafis que es aclaratorio al respecto:
LA CIUDAD
Dijiste: «Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón – como un cadáver – sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí».
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.
Un poema que, modesta y respetuosamente, parafraseé, me sirvió de referencia para escribir el mío propio. Un poema donde digo lo mismo pero sin alcanzar la altura poética del original:
https://elbosquesilencioso.com/2011/02/25/la-ciudad/
¿ Tú crees Antonio que no se vuelve a empezar?, llevas razón pero en cierta manera cada nuevo o diferente camino que podamos tomar es un volver a empezar. Sí lo vivido, vivido está, llevas toda la razón y nos sirve de experiencia si queremos tomarlo como experiencia o no llegamos a coger toda la lección de esa experiencia suele ocurrir también, pero a veces es como si el tiempo o la vida te dictase se cierra un sendero y se comienza otro, ni tan siquiera se sabe las razones del destino que nos pueden empujar a ello, porque el destino es caprichoso también o la providencia juega con nosotros.
Tu parafraseo es muy bonito, tu sencillez profunda como siempre queda reflejada. Precioso el poema de Konstantino, este Señor también tenía » el Algo» especial.
Creo que se vive y se sigue viviendo, como le digo a Ernesto. En la vida hay cambios (laborales, sentimentales, de residencia…), pero tú sigues siendo tú. La persona que eres te acompaña siempre (es lo que afirma Kavafis en su poema). No nos abandonamos a nosotros mismos como a un vestido viejo o como a alguien a quien ya no queremos ver..
Pero se toman decisiones. Tú eres dueña de poner límites, de rehacer cualquier aspecto de tu vida.
Creo en la libertad del ser humano, en el libre albedrío. Somos responsables de nuestros actos. Esto implica que tenemos la capacidad de elegir.
No soy fatalista. Pero la vida es compleja, no se deja manejar a nuestro antojo. Con frecuencia es al revés, es ella que nos maneja.
Muy creyente me he levantado esta mañana. Acabaré suscribiendo al completo el lema de Miguel de Mañara: «Creo, espero, amo».
Me ha gustado mucho tu comentario y la música de Haydn. Saludos matinales.
» Y sin derramar lágrimas del profundo dolor me dirigí al horizonte empujada como cometa por el viento». Y me atreví a dar los pasos que jamás imaginé, en busca de la armonía de la vida.
Espero que hayas encontrado o que encuentres pronto esa armonía existencial. El coraje de dar los pasos necesarios es una garantía de ello.
Qué ritmo lleno de fluidez melódica en esta entrega del bestiario. Una canción, sin duda, mi querido bardo.
Así es la vida, sin duda, un haber actuado, un haber fallado, y como bien los afirmas en tus comentarios, un «sin vuelta atrás». ¿Para qué?, agregaría, es ese afán tan de nuestra cultura hispana del «si hubiera», el inútil empeñarse en suposiciones y ensueños, cuando la realidad ya nos ofrece suficientes opciones con las cuales lidiar.
Abrazobesos grandes, cariñosos y fraternos, mi amigo querido.
No se vuelve atrás. Se vive y se sigue adelante (o se sigue viviendo). Eso es lo que expone este poema, que calificas de canción y que es también un balance.
Lo vivido está ahí como un tesoro, como un lastre, como un banco de experiencias, como una fuente que sigue manando.
Tal vez los acontecimientos tengan una importancia relativa (adjetivo que no me gusta demasiado). La actitud, la disposición son lo más importante.
Un precio se paga siempre. Ésta es una de las reglas del juego.
«To play or not to play. That is the question». Un abrazo.
Me alegro que te hayas levantado muy creyente Antonio, » Creer en la amabilidad y en las sonrisas, Creer en la fuerza regalada por la Vida, Creer un poquito sin tener tanta confianza en la mayoría, Creer en Dios o en la Vida que para el caso es lo mismo, sin esa absurda diferencia entre esto y lo otro, si al final el esto y lo otro se conjugan al mismo tiempo muchas veces, ese absurdo es el ridículo comecoco del hombre para arrimarse las ascuas a su sardina y nada más…Creer, porque si no creyéramos sería lo peor».
Una bandera preciosa esa que dice lo de Mañara: » Creo, espero, amo…», queda certificado con el sello del corazón tales palabras, no se necesita de notario alguno…Creo, espero, amo…
Un besito, Antonio. Gracias por tus amables palabras.
Magnífico elogio del acto de creer, que es todo eso que enumeras. Esta era una de las tres columnas que sostenían a Mañara: la fe.
Las otras dos eran la esperanza y la caridad.
Cuando vengas a Sevilla, si tienes ocasión (en el caso de que no lo conozcas), visita el Hospital de la Caridad en cuya iglesia está enterrado don Miguel. A la entrada de la cripta se lee esa inscripción. Gracias a ti.
Juan Valera decía: » El universo con todas sus pompas y con toda su hermosura es un caos para el hombre sin fe.».
E incluso teniéndola sigue pareciendo bastante caótico.
Me olvidaba de decir que sí es muy importante lo que comentas Antonio, » pero tú eres tú», en el fondo somos a lo largo de nuestra vida » Nosotros, salvo que si uno quiere se pule o esculpe un poco a lo largo del tiempo si decide mejorar algo de su personalidad, no mucho pero sí un poco».
En efecto, uno puede mejorar. De hecho, pienso que la vida es una piedra de amolar con la que nos vamos puliendo por dentro si somos unos medianos afiladores.
¡Quien mejor expresa la Vida es Beethoven con este Adagio molto e Cantabile!, aunque otras veces, me digo, si esta música parece como si fuera yo misma.