VII
Y miro las encinas,
el robusto eucalipto,
el agua del arroyo,
la jara, los lentiscos
con su carga de frutos
apretados, rojizos,
en el azul las nubes
volando a ningún sitio.
Y miro los guijarros
al lado del camino,
los peñascos lejanos,
el romero, el tomillo,
el cantueso, la juncia,
las aulagas, los mirtos.
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Hermoso poema. Y miro…el paraíso aquí en la Tierra, a nuestro lado…
Sólo hace falta mirar, tener los ojos abiertos, la mirada limpia.
Ningún elemento natural protagonista del poema, TRAICIONA, la persona sí.
La naturaleza ni miente ni traiciona. Esas actividades son humanas.
La vuelta a la naturaleza es la vuelta a la pureza.
Hermosa conjunción de música e imágenes.
!Qué bonito lo escribes! Un gusto leerte.
Un abrazo
Celebro que te guste, Ramón. Un abrazo.
Y te miras en todo ello, porque ves tu reflejo como ante un espejo.
Hermoso poema, donde cantas a la madre original, que en su delicada sencillez guarda toda su grandeza.
Antonio querido, que tu resto de semana sea luminoso. Te acompaña mi abrazobeso fraterno, cariñoso y siempre admirativo.
Ojalá sea como tú dices. Sin duda, la naturaleza refleja o es el receptáculo del yo intemporal, como lo demuestra la imagen de belleza y serenidad que nos ofrece.
Este poema es una gozosa constatación de esa realidad que nos sobrepasa. Un abrazo.
Hermoso y fresco…Enhorabuena….!!!
Gracias. Saludos cordiales.
what a wonderful poem 🙂
I’m glad that you liked this poem about the contemplation of nature.
Have a good week.
You too, Antonio 🙂
Lots of greetings from Lu