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Adelfas (V)
junio 30, 2016 por Antonio Pavón Leal
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El bosque silencioso 
¡Lindísimas imágenes del Camino del Amor, Salvación del Hombre, investido de la Belleza Natural!. De Descendente a Ascendente, las fotografías hablan por sí mismas. La primera comenzando el camino desde abajo, es el primer contacto cercano con lo sensacionalmente acogido sin conocerlo, nos toca, nos inviste de cierta ternura.
Seguimos ascendiendo a la montaña como lo hacía Beethoven o por el camino, como queramos llamarlo, su significado es el mismo, nos adentramos en lo nublado, entre lo que conocemos y no, pero como si de un imán se tratara nos empuja a seguir junto al río de Vida, no es oscuro del todo el paraje, siempre la visibilidad la posibilita el corazón unido a la mente, pero le acompaña el esfuerzo, la dulzura hace más ligero el andar, en frente, justamente se encuentra la arboleda.
Y al final nos encontramos con lo más Grande y Verdadero, en frente…acobijados entre dos brazos de flores, derecha e izquierda, una Voz nos dice…» Te esperaba» y ante esa voz sólo queda…» Hacer una Reverencia y arrodillarnos con la Cabeza baja». Los difíciles caminos son los más verdaderos.
Gracias Antonio por tan bellas imágenes que hablan por sí mismas y no de cualquier forma, sublime hablar…elevan el corazón y la mirada al Padre.
Gracias a ti por este bello e inspirado texto. Si las fotos son las causantes, doblemente me alegro de haberlas hecho y publicado. Un abrazo.
Esta melodía llega al centro palpitante que cobijamos en el pecho.
Será porque somos o nos sentimos pastores solitarios.
Gabriela Mistral.
RAÍCES
Estoy metida en la noche
de estas raíces amargas
como las pobres medusas
que en el silencio se abrazan
ciegas, iguales y en pie,
como las piedras y las hermanas.
Oyen los vientos, oyen los pinos
y no suben a saber nada.
Cuando las sube la azada
le vuelven al sol la espalda.
Ellas sueñan y hacen los sueños
y a la copa mandan las fábulas.
Pinos felices tienen su noche,
pero las siervas no descansan.
Por eso yo paso mi mano
y mi piedad por sus espaldas.
Apretadas y revueltas
las raíces-alimañas
me miran con unos ojos fijos
de peces que no se les cansan
y yo me duermo entre ellas
y de dormida me abrazan.
Abajo son los silencios,
en las ramas son las fábulas.
Del sol serían heridas
que sí bajaron a esta patria.
No sé quién las haya herido
que al tocarlas doy con llagas.
Quiero aprender lo que oyen
para estar tan arrobadas,
lo que saben y las hace
así de dulces y amargas.
Paso entre ellas y mis mejillas
se llenan de tierra mojada.
Qué hermoso y sugerente el son de la flauta, la de Pan en particular.
Un poema y un video magníficos.
Gabriela Mistral fue uno de mis primeros descubrimientos literarios, concretamente me impactaron Los Sonetos de la Muerte. Dejo el segundo:
II
Este largo cansancio se hará mayor un día,
y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir
arrastrando su masa por la rosada vía,
por donde van los hombres, contentos de vivir…
Sentirás que a tu lado cavan briosamente,
que otra dormida llega a la quieta ciudad.
Esperaré que me hayan cubierto totalmente…
¡y después hablaremos por una eternidad!
Sólo entonces sabrás el por qué no madura
para las hondas huesas tu carne todavía,
tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.
Se hará luz en la zona de los sinos, oscura;
sabrás que en nuestra alianza signo de astros había
y, roto el pacto enorme, tenías que morir…
Precioso este poema de Gabriela también, el Alma sabe decir al cuerpo cuando despedirse de él mismo y los demás, tiene su » Momento Interestelar». Siempre la Conversación se mantiene en la Eternidad, claro que sí, marchamos y regresamos de nuevo. Son los Astros los que determinan por voz Divina la existencia de cada uno y su motivo de la propia existencia.
Cuando hay un pacto hermoso entre el individuo y el Universo, no hace falta pacto alguno tal como solemos entenderlo…se da de forma espontánea esa alianza, además quizás la más fiable.
¡Genial esta película Antonio, te la recomiendo!
Qué preciosidad de fotografías! Enhorabuena 🙂
Gracias, Antinomia. Que tengas un placentero fin de semana.
¡Siempre hay que cantar aunque sea bajito porque así las flores se alegran, se anima el viento amable y nos sopla en la cara!