117.-Pregunto a Emma: “¿En qué consiste la sabiduría?” “No pretenderás que te dé una respuesta” “Al menos una pista” “Eso sí” dice con seriedad para mi asombro. Teniendo en cuenta su escepticismo, pensaba que despacharía esta cuestión con una humorada.
“Un camino para alcanzarla es dejar de luchar con los demás, abandonar los combates externos. O, si lo prefieres, puesto que vamos a tener que seguir bregando mientras estamos vivos, trasladarlos a nuestro interior” “La sabiduría consiste, pues, en vencerse a uno mismo”.
“Ya sabes que no me gustan las definiciones. Empobrecen la realidad y encorsetan a las personas. Por fortuna tanto la realidad como las personas desbordan los esquemas y acaban burlando ese afán de encontrar una buena etiqueta a la que adecuarse”.
Tras esta digresión concedió: “Es más sabio tratar de doblegarse a uno mismo que al prójimo” “Y desde luego no es más fácil”.
Como hice esta observación mirándola sonriente, replicó: “Crees que ese es mi caso” “El tuyo, el mío y el de todos” precisé de inmediato.
“Voy a dar más pábulo a tu ironía. En una primera fase debemos dejar de luchar con los demás. Y más tarde también debemos dejar de hacerlo con nosotros mismos” “Primero trasladar la lucha del exterior al interior y finalmente abandonar toda forma de lucha. ¿Es entonces cuando alcanzamos la sabiduría?”
“Cuando se han abandonado todos los frentes, cuando se está perfectamente disponible y receptivo, no queda nada por hacer” “Lo que dices suena como un eco de lo que replicó María tras escuchar el mensaje del arcángel Gabriel: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” “Es una coincidencia. Ya sabes que no soy religiosa, que incluso tiro al monte”.
“Y también” remato “me recuerda esta frase del Padrenuestro: Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Emma me lanza una mirada crítica y dice: “Al contrario que tú tengo poco o nada de mística” “Entendido. No nos extendamos sobre este tema que te incomoda, pero permíteme al menos, porque lectora sí que eres, que te sugiera un ensayo de Aldous Huxley titulado Reflexiones Sobre El Padrenuestro” “Ya veré lo que hago”.
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Qué bien está escrito… Con frases que te dejan pensando… No conocía ese ensayo de Huxley. Lo buscaré para leerlo. Gracias
Esas «Reflexiones sobre el Padrenuestro» están incluidas en «On God», título cuya «correcta» traducción en español ha sido «Sobre la divinidad», no vaya a molestarse alguien. Este libro, publicado en editorial Kairós, contiene además, entre otros textos en los que destellan la inteligencia, la profunda espiritualidad y la amplitud de miras de Aldous Huxley, «Siete Meditaciones» que he leído numerosas veces. En realidad no son lecturas sino meditaciones a las que se puede acudir diariamente.
Gracias a ti por tu comentario. Saludos cordiales.
muy bueno gracias por compartir
Celebro que te haya gustado. Gracias a ti por comentar.
que sigas teniendo buena vida y sera un placer pasar por tu pagina y disfrutar lo que escribes
Lo mismo digo. Feliz Año Nuevo.
Es un poco como la aceptación del budismo.
Muy interesantes reflexiones, yo también me apunto el ensayo de Huxley para leerlo.
Saludos
O más bien del taoísmo y su propuesta del «wu wei» (la no acción) o lo que cierta psicología llama la inactividad magistral (a lo mejor me estoy inventando esto último). Abandonar la lucha no significa no hacer nada, sino vivir receptivo y disponible.
No te defraudará Huxley, al que ya conoces seguramente. Feliz Año Nuevo.
Igualmente, Antonio.
Moi aussi je vais de ce pas chercher l’essai d’Huxley 🙂
Huxley ne déçoit pas. D’après moi, dans ses livres, il propose la spiritualité pour combattre la laideur esthétique, morale et intellectuelle. Pour neutraliser « ce désordre chaotique qui caractérise les êtres humains ».