Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
abril 11, 2017 por Antonio Pavón Leal
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Todavía recuerdo en mis dedos pegajosos el apellido de la Jara. Quise sujetarla para olerla… Jara Pringosa le llamaban.
He sentido lo mismo al leer jara: los dedos pegajosos.
La jara es para verla y disfrutar de su áspero aroma, no para tocarla.
Esta planta segrega un aceite pegajoso que le da su olor característico, y la brillantez a sus hojas.
Ahora la jara está en su apogeo. Nadie mejor que JR Jiménez para hacer su certera descripción poética:
«Las jaras (…) tienen posadas en sus ramas sus propias flores, liviano enjambre de vagas mariposas blancas, goteadas de carmín».
No conocía tan espléndida planta. Sus florescencias me recuerdan a las del Pensamiento.
Siempre es un aliento de esperanza tus tomas de la naturaleza que te rodea, hermano querido.
Te abrazobeso siempre con harto cariño y admiración, vate.
Las flores de la jara tienen un cierto parecido con los pensamientos, unas y otros son igualmente sencillos, monocolores las primeras y multicolores los segundos. Hay otra diferencia y es que las flores de la jara son mucho más efímeras. Dentro de pocos días el suelo estará alfombrado de blancos pétalos. Un abrazo.
Y como siempre, la naturaleza siempre nos regala lecciones de sabiduría. Sólo es cuestión de parar en el camino, observar con detenimiento y llevarse en la mente y el alma el mensaje.
Gracias por los datos que me aportas. Abrazobeso enorme, cariñoso y fraterno.