En el laberinto de su topera
el topo espera
el advenimiento de una nueva era.
Y mientras tanto,
túneles y más túneles
sigue excavando.
Pobre topo marfuz
huyendo de la luz.
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Somos todos un poco topillos excavando y esperando.
Se puede leer en clave infantil. O no.
Un poco o un mucho. No es un poema para niños pero tiene -ahora que lo señalas- un tono infantil, como el de una cancioncilla o un estribillo.
Estoy con eva: en una primera lectura parece un poema infantil, cantarín y divertido. En una segunda tiene un puntito más negro…
Es una reflexión poética que destila cierta pesadumbre.
Dejo una cita que contrarresta esa visión unilateral y un tanto aflictiva:
«El lugar de la luz está en la oscuridad, la claridad está en la oscuridad, la oscuridad no puede rechazarse en nombre de la luz porque todo contiene su opuesto».
Yo no le veo el matiz infantil, será porque me lo tomo demasiado en serio. Tal vez. Me parece una maravilla, una pulidísima reflexión en verso. Abrazos, Antonio.
Cada lector filtra los textos a través de su experiencia vital y literaria. Así se producen las interpretaciones. Te agradezco tus palabras. Un abrazo.
El ritmo tan marcadamente musical de este poema lo hacen una canción, y la sencillez de sus palabras acentúan también esa sensación primera de que pareciera un poema infantil. No obstante, el contenido entre líneas de los versos son todo menos un texto para niños; Una visión pesarosa de los tiempos en que vivimos y que sería preferible sobrellevar en la oscuridad de una topera.
Brillante texto, para no variar, maestro.
Te abrazobeso con mucho cariño fraterno y admiración, querido Antonio.
Así es, tal como lo señalas. La apariencia puede ser lúdica, pero el trasfondo es serio, existencial.
No olvidemos, querido colega, que porque hay oscuridad añoramos la luz. Un abrazo.