II
Los enfermos, los viejos, los hombres, las mujeres,
multitudes inmensas que gozan de salud,
escuchan la llamada secreta, sin palabras,
de las liberadoras y cristalinas aguas.
Sus pasos encaminan a las fuentes sagradas
y ríos venerables, en brazos, a horcajadas,
alegres como crótalos.
Su sed de paraíso en las aguas apagan,
en donde se sumergen, purifican y bañan.
Multitudes inmensas,
bullentes, turbulentas,
en paroxismo místico se hunden y se ahogan.
Las aguas las arrastran
a llanuras oceánicas.
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Enigmatico, en parte. Esclarecedor, en parte. Otro abrazo, Antonio.
Se trata de una reflexión poética sobre el hecho religioso. Este poema está inspirado en las fuentes y los ríos sagrados, como el Ganges.
Je pensais à l’Inde oui.
Je n’ai jamais été en Inde mais les images de Bénarès, des perrons descendant sur le Gange, des ablutions, des offrandes sont l’une des sources de ce poème.