El rasgo más destacado de esta novela es su calidad pictórica, no sólo porque hay episodios que están inspirados en cuadros o son su descripción. La técnica narrativa consiste en elegir los colores, trazar las líneas, plasmar la quietud propia del arte de Tiziano. Una vez que los ojos del lector se han paseado por el lienzo, una vez que se han recreado en el estatismo de la escena, los personajes se ponen en movimiento, hablan, intrigan, respiran…
Se tiene la impresión de que los cuadros contenían esos pasajes. Lo que ha hecho el autor, que no es poco, es extraerlos, sacarlos a la luz. Se pueden citar bastantes ejemplos de este recurso. Entre otros, la llegada de Pier Francesco Orsini al palacio de los Médicis cuando Hipólito se dispone a salir de caza, la coronación imperial de Carlos V y la descripción de Venecia.
La historia que se cuenta en Bomarzo es la del monstruoso ego de Pier Francesco Orsini, Vicino, que niega a los demás, los ignora o los utiliza para sus fines.
El corcovado y sensible duque Orsini, debido tal vez a la fatal conjunción de su deformidad física y de su exquisitez artística, es incapaz de salir de sí mismo, de su orgullo, de su mezquindad, de su soberbia, e ir al encuentro de sus semejantes, de verlos como personas y no como proyecciones suyas o como meros instrumentos.
El carácter de este príncipe contrahecho se pone de manifiesto en su demencial deseo de omnipotencia que es el motor de sus acciones. Vicino quiere vencer a la muerte.
Si el objetivo del ser humano es aceptar su vida y profundizar en el conocimiento de sí mismo y del mundo, la del noble italiano es un tiro errado. La suya, que acaba cuando creía hallarse un paso de lograr la inmortalidad, se resume en un apartamiento progresivo de esa meta.
La inmortalidad, o su sucedáneo literario, se la proporciona esta obra. No es la vida eterna sino un premio de consolación. Cada vez que alguien se adentre en los vericuetos de Bomarzo, Pier Francesco Orsini renacerá y el recuerdo de sus andanzas y melancolías perdurará en la memoria del lector.
El autor de “El unicornio” y “Misteriosa Buenos Aires” ha creado un personaje de un narcisismo insuperable. Su “motto” podría ser. “Soy especialísimo. A demostrarlo aplicaré todos mis esfuerzos”.
“Florencia se me brindó en sus calles (…). Los comerciantes se interpelaban delante de sus tiendas; hervía el mujerío en los mercados; la pasión del juego afloraba por doquier, en los grupos que estimulaban a los ajedrecistas y a los que arrojaban los dados con seco golpe; y la pasión de la música lo envolvía todo, con un ondulante sonar de clavicémbalos, de órganos, de violas, laúdes, arpas, cuernos, trombones y violoncelos que se mezclaban al rumor de las charlas. La gente discutía y reía por cualquier cosa, soplando sobre los géneros que se ofrecían en venta, derrochando burlas. Por una esquina desembocaban abanderados de corporaciones que acudían a una asamblea, y el Agnus Dei en campo de azur de los peleteros y el carnero blanco en campo de gules de los laneros, se agitaban rozando las cornisas. Pasaba una cortesana, seria, aristocrática, como una señora principal, en una enjaezada mula, seguida por un cortejo que incluía a patricios y prelados jóvenes, y los curiosos quedaban boquiabiertos ante la gracia del porte de la meretriz, mientras su nombre corría de labio en labio. Un paje llevaba su papagayo, como si fuera un halcón, y otro un monito perfumado de ámbar y azahar”.
Una gran novela. Gracias a ella descubrí y visité los jardines de Bomarzo. Maravillosos. Una aunténtica experiencia. Un saudo
Me gustaría visitar esos jardines. Espero hacerlo si voy a Italia, no sé cuándo. Un abrazo.
No lo he leído, Antonio. Nos pasa con los libros a veces- o muchas veces- como con algunos alimentos. No los queremos probar aunque nos digan que son buenos, como si quisiéramos evitar una mala digestión ante la que no tenemos tampoco ningún argumento. Ni siquiera una bondadosa reseña como la tuya me animará a hincarle el diente. Sólo porque confío en tu autoridad la he leído. Es extraño, estamos llenos de manías, pero qué le vamos a hacer. Muchas gracias y un abrazo.
Tienes razón, Eladio. Yo soy también maniático. Me pasa sobre todo con las películas. Respecto a Bomarzo tenía mis reticencias. No estaba convencido. Pero descubrí que Mujica Lainez era un gran escritor, con una gran capacidad descriptiva y evocadora. No hay ningún libro imprescindible. Me arrepiento de haberme obligado a leer el tan encomiado Ulises de Joyce. Hay que comer lo que a uno le gusta. Es lo que sienta mejor. Un abrazo.
Visité el parque de monstruos de Bomarzo y me fascinó. Nada de lo que vivimos es lo que parece. Un viaje a la vida interior de Orsini, pero también a cada hombre. Esta novela parece muy interesante para profundizar en la historia de este personaje.
Es una novela muy interesante que profundiza en el alma del duque Orsini y en la de todos los hombres. El duque merece figurar en su parque de monstruos, como otro más. Seguramente cada uno de nosotros tiene una dimensión demoníaca.
Gracias por tu comentario en un español tan fluido. Saludos cordiales.
Gracias a ustedes el interesante informe. Lamentablemente mi español se debe al traductor de google. Me pregunto si alguna vez tendré la oportunidad de aprender tu hermoso idioma.
Entonces habrá que felicitar al traductor de Google.
Grazie a te, per il tuo interesse. Buona giornata.
Yo si lo he leído, pero hace tanto que no me acuerdo. Solo recuerdo vagamente la atmósfera y que me dió un poco de miedo.
No me importaría volverlo a leer, puede que lo aprecie mejor ahora o que no me guste nada. También puede pasar.
Aparte de los pasajes citados, recuerdo especialmente la llegada del duque Orsini a Venecia, que fue por mar. Si alguna vez voy, quisiera que la mía fuera también así, para contemplar extasiado cómo la ciudad emerge de las aguas, a ser posible al atardecer.
Con las segundas lecturas pasa lo que dices. Yo no voy a intentarlo con Bomarzo. No quiero que se diluya el aura que la envuelve.
Bueno, muchas gracias, ya he encontrado la información sobre el autor y la novela…intentaré a leerla. No conocí al autor, es que en Rusia la literatura de America Latina casi no tuvo ninguna presencia y la discubro ahora , leendola en español. Un abrazo.
Supongo que algunos autores latinoamericanos sí son conocidos en Rusia, como Borges o Neruda. A lo mejor también García Márquez. Pero Mujica Lainez, que es un escritor exquisito, un esteticista, ni en tu país ni en otros lugares tiene nombradía.
La vida del resentido duque Orsini es apasionante. Que disfrutes de la novela si la lees. Un abrazo.
Has acertado..Neruda, Borges y García Márquez. ..😀😀😀
El narcisista no puede ver más allá de sí mismo y su egocentrismo es una herramienta perfecta. La novela la trunqué hace ya un buen tiempo, pero ahora con tu reseña, una vez ampliada mi perspectiva sobre el personaje principal, me motivas a terminarla.
Saludos cordiales.
Espero que la disfrutes. Sé que algunos lectores experimentan cierto rechazo ante este libro y su autor, al que consideran elitista y exquisito. Puede que lo sea, pero eso no quita que haya trazado el retrato impecable de un narcisista y haya recreado genialmente la época. Un abrazo.