329.-La India es uno de los países que más fascinación ejerce. El griego y el latín, de los que derivan las actuales lenguas romances, son ramas del indoeuropeo cuya cuna es ese superpoblado país asiático. Muchos son los escritores que se han sentido atraído por él, entre otros Henri Michaux que le dedicó una parte de su libro “Un bárbaro en Asia”, y Octavio Paz que fue embajador en Nueva Delhi, y que en 1995 publicó “Vislumbres de la India”.
El sistema de castas, la literatura védica y las numerosas divinidades que integran el panteón ario, son indudables centros de interés.
Pero no es de sus dioses buenos ni de sus demonios, de Indra, el señor de la fuerza, de Agni, el señor del fuego, ni del soma, de lo que queremos hablar, sino de algunos conceptos clave de la filosofía y de la religión hindúes ampliamente difundidos en Occidente.
Es posible que el primer lugar lo ocupe la creencia en el karma, según la cual todo acto tiene efecto. Todo acto produce resultados positivos o negativos. El karma se podría definir como el peso que generan nuestras acciones.
El Brahman es la gran fuerza cósmica. Es el Universo, el Todo, el Absoluto.
El atman es una personalidad propia, un yo. Es también la conciencia, el alma.
El samsara es la gran rueda del destino, que recuerda y es en gran medida semejante a nuestra rueda de la fortuna. En el hinduismo representa el inacabable ciclo de renacimientos, muertes y reencarnaciones.
Para escapar de esa despiadada “imperatrix mundi”, para detener sus demenciales vueltas que nos condenan una y otra vez a chapotear en el fango, debemos comprometernos con nuestra propia liberación (moksa).
La liberación de las miserias humanas consiste en lograr que atman sea uno con Brahman. Este objetivo no se consigue así como así. Hay tres caminos que requieren un alto grado de concienciación y de responsabilidad.
La madre del cordero es la “avidya”, palabra sánscrita que significa ignorancia. Es ella la causa de que procedamos incorrectamente acumulando cada vez más energía nociva. Nuestras acciones regidas por el egoísmo, la codicia, la gula, la envidia, la lujuria, etc. van conformando un karma de plomo que permanecerá enganchado a la infernal noria del samsara.
Si pasamos al budismo, que apareció en el subcontinente indio entre los siglos VI y IV a.C., a pesar de las diferencias con el hinduismo, la meta es la misma: la liberación. El término utilizado en este caso es nirvana, que significa extinción. Ambas religiones coinciden en que bueno está lo bueno. Lo sensato es cortar y volver a Brahman, o poner punto final a este disparate mediante la iluminación.
Para alcanzarla Sidarta Gautama propone la vía media de conducta. Alejada de los extremismos ascéticos y ritualistas, esta prudente opción ha seducido a miles de occidentales.
Dharma es el vocablo polisémico que se emplea para designar la doctrina budista que acepta las nociones de karma, samsara y moksa, pero que rechaza las de Brahman y atman.
El núcleo de esta enseñanza lo constituyen las cuatro nobles verdades. La cuarta es un camino de ocho sendas, el óctuple camino, que lleva al despertar. Es decir, al nirvana. ¿Y después qué?
Después el paranirvana, la extinción total, la nada. Eso es lo que nos espera tras el arduo trabajo de la liberación. Buda no era de los que condescienden a dorar la píldora.
HAPPY NEW YEAR 🙋
Happy and prosperous 2020.
Más allá del Paranirvana dicen los budistas se halla el Mahaparanirvana, como dices en tu texto se puede interpretar como la nada, o incluso como el todo. En si mismo no son contradictorios, la perdida de la individualidad para nosotros significaría la nada en el sentido de no poder darle forma a la conciencia, ni ubicarla en un organismo físico…
Muy complejo de entender el budismo desde nuestra inconsciencia.
Me ha gustado mucho tu entrada de hoy.
Un abrazo, Antonio.
Próspero 2020
Es una cuestión compleja, pero tu comentario profundiza y arroja nueva luz sobre ella. El concepto de Mahaparanirvana (por supuesto no soy un especialista) lo desconocía. Estos temas son de mi interés. Todos los seres humanos, tal vez todos los seres animados, compartimos la misma Base Divina. A mi entender el budismo carga las tintas. Y eso que Sidarta Gautama optó por la vía media.
Gracias por tu comentario. Que los Magos de Oriente, que recorren las calles de Sevilla en este momento, nos hagan el regalo de ponernos en el camino de la liberación o el despertar. Un abrazo.
If I understand this post correctly, the goal is to merge consciousness with the universe to escape a repeating pattern of humanity rising and then falling back into ignorance.
Although this post prescribes a possible solution it is in fact a solution from the past which (to me) indicates that it is just part of the repeating pattern.
Maybe a new option is needed one which is not known.
Just a thought
Thanks for your comment.
I believe that you have understood and expressed perfectly the objective proposed by these two religions: liberation (moksa) and nothingness (nirvana, paranirvana).
Very interesting your reflection. I would like to know that new option that allows us to escape all repetitive patterns.
Excuse my English. I could have written in Spanish. Kind regards.