II
Los enfermos, los viejos, los hombres, las mujeres,
multitudes inmensas que gozan de salud,
escuchan la llamada secreta, sin palabras,
de las liberadoras y cristalinas aguas.
Sus pasos encaminan a las fuentes sagradas
y ríos venerables, en brazos, a horcajadas,
alegres como crótalos.
Su sed de paraíso en las aguas apagan,
en donde se sumergen, purifican y bañan.
Multitudes inmensas,
bullentes, turbulentas,
en paroxismo místico se hunden y se ahogan.
Las aguas las arrastran
a llanuras oceánicas.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
