Berta, una oruga de las Perladas, se enamora de Asmodeo, un lagarto demagogo y pinturero.
Ese amor imposible, que se convertirá en la comidilla de la Colonia Memento, sólo le traerá disgustos y, por último, la abocará al ostracismo.
Pero en la Colonia no faltan las preocupaciones, hasta el punto de que las orugas se verán obligadas a elegir un rey para hacer frente, entre otros, al problema de las desaparecidas.
La historia se divide en cuatro libros: La Colonia Memento, El cenotafio de las desaparecidas, La coronación del Rey y La última procesión.
La novela empieza así:
Las orugas, como correspondía a su estado natural, estaban de buen humor. No es que fueran unas santas, ni se entendieran entre ellas a las mil maravillas. De hecho, había celos y rivalidades. No faltaban tampoco los chismorreos ni las zancadillas. Con todo y con eso, las orugas gozaban de un excelente estado de ánimo, que tendía a mejorar notablemente incluso con los acontecimientos más nimios.
Pero éste no era el caso, porque el hecho de que la Luna hubiese entrado en cuarto creciente no podía calificarse de tal, a pesar de tratarse de un fenómeno cíclico y, por tanto, conocido y esperado.
Cabía calificarlo, más bien, como un acontecimiento contradictorio. Por un lado, las orugas se alegraban; por otro, como no salían nunca de noche, podría afirmarse que el disfrute de esa novedad era meramente intelectual. Para ponerse más contentas les bastaba con saber que la Luna se estaba llenando.
Esto tiene su explicación. Las orugas son amantes de la luz, que es, para su subsistencia, tan necesaria como un puñado de hojas frescas. De la luz solar, se entiende.
Pero la claridad lunar, aunque les produce regocijo por la sencilla razón de que es mil veces preferible a la oscuridad, les resulta inquietante. Hay muchas orugas a las que esa pálida luminosidad les parece inauténtica y la comparan con un sudario que recubre, mermándola y trastocándola, la belleza de los campos.
Esta novela se publicó en Libros En Red en 2009
http://www.librosenred.com/libros/lacoloniamemento.html
Me ha gustado la recreación de la colonia, tan preciosista y con unos personajes tan opuestos en caracteres y gustos.
A modo de cuento,le encuentro más de una lectura:
Por una parte supone un deleite sensorial y un despliegue de imaginación; a veces, me he sorprendido siguiendo a los personajes en mi mente como si fuera un mundo fantástico lleno de dibujitos animados.
Por otro lado, el contraste entre los lagartos y las orugas no sólo en su anatomía y su forma de vida (individualistas unos y comunitarias las segundas) sino también en su forma personal de actuar (inocencia frente a cautela y maquinación)y en el diferente ritmo de actuación recrea una expectación de algún acontecimiento trágico que podría suceder en cualquier momento si estos dos mundos llegasen a unirse.Y esto no ocurre solamente en los cuentos.
Tu comentario es una eficaz síntesis del libro. Las orugas y los lagartos están vistos con perspicacia.