1
El viaje es una tregua,
un alto en el camino.
Es un grato paréntesis
en nuestro deambular.
En ningún sitio estamos.
El punto de partida
pertenece al pasado
y si el coche está en marcha,
es que no hemos llegado.
2
Es sentir en el pecho
un calor agradable.
Es la serenidad
con tanto afán buscada.
Descansados, tranquilos,
el corazón alegre,
abolimos lo feo.
Y las preocupaciones
se debilitan, pierden
su abusivo poder.
3
De estos grandes regalos
con que el viaje nos colma,
hay uno por encima
de todos los demás.
Viajar es evadirse,
salirse de uno mismo,
olvidarse del yo
en el que estamos presos.
Estar dentro de un coche
a punto de arrancar
es lo más estupendo
que nos puede pasar.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

viajar es tregua! me gusta
El viaje es una tregua, un alto en el camino. Gracias por tu comentario y por apreciar esa paradoja.
¡Curioso Antonio, hablas de un grato paréntesis!, fascinante porque yo siempre he visto lo contrario cuando las personas se quedan atascadas en la vida por las circunstancias, siempre he visto ahí que las personas estaban ENTRE un paréntesis que ni para atrás ni hacia adelante, como congeladas a pesar de querer moverse hacia algún punto y además de moverse…las maravillosas y distintas visiones, me gusta más tu paréntesis que el mío( el mío es más antipático, aunque muy real).
Precioso: » Viajar es evadirse,
salirse de uno mismo».
Son dos visiones diferentes del mismo signo ortográfico.
Está la vida normal con sus obligaciones y preocupaciones. Y están los viajes que es un corte en ese ritmo o engranaje cotidiano.
De todas formas, mi idea del viaje es «sui generis». No soy viajero en el sentido de coger autobuses, trenes o aviones para ir a cualquier sitio. No soy un viajero móvil sino inmóvil. Mis desplazamientos son más imaginarios que físicos, aunque también de esta segunda clase. Pero me basta con recorrer trayectos pequeños para abrir un paréntesis y vivir ese grato olvido del yo.