Conozco a Ramiro desde hace años. La transformación que sufre no es nueva. He tenido ocasión de observarla repetidas veces. Sin embargo, no puedo evitar que me produzca incomodidad, irritación e incluso desasosiego.
Empieza ladeando la cabeza de una forma que no es la suya. Luego alza un brazo como si fuera a despedirse. Su cuerpo adopta una postura indolente. La voz no le cambia pero adquiere las inflexiones propias del visitante. En pocas palabras: deja de ser él mismo.
Por los gestos, por el lenguaje, resulta fácil identificar al huésped que se ha adueñado de la casa.
El intruso al que Ramiro cede gustosamente el protagonismo, es un conocido por el que siente una admiración o devoción inexplicables para mí. Pero el alma humana es un misterio.
Su docilidad, su colaboracionismo, en el proceso de colonización provocan un lógico rechazo. ¿Por qué se sacrifica a sí mismo en aras de un modelo fantasmal?
Ayer asistí a un relevo completo. Mi amigo sólo mantuvo la apariencia física.
El éxito de esta suplantación suscitó una duda. Siempre había dado por supuesto que era Ramiro quien abría la puerta para que el visitante entrara en su interior. Pero también podía ser que el otro proyectase su poderosa sombra, destruyese las defensas y se apoderase de la personalidad de mi amigo.
Ayer me sentí como el desorientado interlocutor que asiste por primera vez a esa mutación. La idea de que no se trataba de una entrega sino de una conquista se abrió paso en mi mente.
Ayer ocurrió que, tras dejar de ver y oír a Ramiro, encaré al visitante. En sus labios se dibujó una sonrisa burlona y en sus ojos relampagueó una luz maligna.
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He notado que tus cuentos siguen una línea clara y definida, hay un uso del lenguaje que ya me resulta completamente familiar… creo que a eso se le llama «encontrar la voz»? Me gusta tu estilo, claro y breve.
Saludos desde una soleada y fría mañana de invierno!
¿Una soleada y fría mañana de invierno, dices? ¡Qué envidia!
Es halagador eso que dices de «encontrar la voz». Es a lo que aspira todo escritor. Encontrar ese tono, ese uso del lenguaje, ese desenvolvimiento sin afectación, fluido, natural, que permite expresar ideas, sentimientos, intrigas sin ningún esfuerzo aparente… e incluso ser identificado.
Eso, si alguna vez se consigue, es el resultado de muchos años de luchar con las palabras que tan rebeldes son, de muchos años de trabajo y de compromiso.
Tu comentario, además de halagador, es estimulante. Mi objetivo es ése precisamente «un estilo claro y breve». Cordialmente.
Me encanta como describes tambien ese lenguage no verbal en este tipo de ‘procesos’. El final da escalofríos, aunque ya presientes muchas cosas desde el principio, pero sin poder anticipar bien.
Ese fénomeno de entrega o conquista de un individuo no es tan raro. A veces miro a una persona y veo a otra. Todos estamos expuestos a sufrir esa invasión por parte de personalidades más fuertes o más fascinantes por la razón que sea. El tema de fondo, aunque la palabra no aparezca en el relato, es la posesión, que se manifiesta de variadas formas.
Gracias por tus comentarios y feliz día.
Uy sííííí! Es totalmente reconocible! No creas, a mi tambien me ha pasado unas cuantas veces a lo largo de mi vida, y en diferentes grados, y poco a poco aprendes y reconoces el fenómeno a tiempo. Posesión pero a menudo tambien manipulación.
La vida es un lugar peligroso e interesante. Constituye una magnífica fuente de inspiración para los que escribimos 🙂 Basta con pararnos un poco y mirar dentro o fuera de nosotros mismos para comprobar que los temas no faltan. Lo que seguramente escasea son son los medios o los recursos expresivos. La literatura es una manera de plantar cara al mundo y sus asechanzas (posesión y manipulación entre otras). Relatos y poemas son una respuesta. Los escritores somos hombres y mujeres, aunque algunos no lo crean, de acción.
Totalmente cierto.
¡Si da miedo estos visitantes!, esas sonrisas maliciosas…y los ojos rojizos..
Hay que tener mucho cuidado con esos intrusos que, sibilinamente y a veces con nuestra propia colaboración, se adueñan de nuestro espíritu, invaden nuestra intimidad y, más que esclavizarnos, nos anulan. ¡Ojo con ellos!
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Gracias por rebloguear. Feliz domingo.
Best wishes for a marvelous day!