I
Altivo, disconforme, de pie sobre un peñasco,
escuchas cómo muere el eco en la distancia.
Te aferras ciegamente a tu forma de ser
y el sufrimiento alza su cabeza leonina.
Una aullante manada de hienas y chacales
arrasa lo que encuentra en su avance incesante.
Con su luz argentada ilumina la luna
los agudos colmillos, los duros pedregales,
la desnudez del mundo.
II
¡Oh, hijo de Saturno! que cobijas el alma
en la melancolía, en ese cascabullo
del color de tus sueños.
El púrpura, el violeta
ponen notas dramáticas a tu felicidad.
Distante, replegado, ya la paz encontraste.
III
Estandartes, espadas proclaman el orgullo
de los que aman la guerra, mas tú no buscas eso.
Toda esa algarabía te deja indiferente.
El clero, los burócratas, las ferias, los congresos
son las pinzas potentes de un malvado cangrejo,
las enormes marmitas en las que se recuecen
las almas de los vivos hasta hacerse una pasta
finamente homogénea.
Los hijos de Saturno no pasarán por eso.
Cogerán su maleta y luego partirán
a ese lugar remoto que no figura en mapas,
que sólo ellos conocen.

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Me gusta que incluiste a los congresos.
Se podrían haber incluido bastantes cosas más. Por ejemplo, las reuniones. Para mí es como mentarme al diablo. Vade retro.
Te refieres a las reuniones en que todos quieren hablar, preferiblemente a la vez o interrumpiendo a otro, y nadie sabe escuchar?
Mi experiencia es que en las reuniones todos, o la mayoría, quieren hablar y nadie, casi sin excepción, quiere escuchar. He observado que muchos hablan para no tener que escuchar. En general las reuniones se asemejan bastante a una olla de grillos.
jajajaja!
Reblogueó esto en Literatura por Jacobo Lozanoy comentado:
Procedente del blog El Bosque silencioso del escritor Antonio Pavón.
Excelente poema, Antonio, Brillante reflexión sobre aquellos inconformes que no aceptan las imposiciones del grupo, que se resisten a ser absorbidos por éste. Gran abrazo, vate.
PD. En efecto, las reuniones sólo sirven para que se junten las soledades y los monólogos de muchos sin nada o con muy poco en común. Me aburren terriblemente.
Gracias por tu comentario.
Hay quien se resiste a pasar por el aro, generalmente por imposibilidad, no por capricho. Los he llamado hijos de Saturno, pero reciben otros nombres.
Comparto tu certero apunte sobre las reuniones. No son más que puntos espacio-temporales en los que coinciden heterogéneas soledades deseosas de escucharse a sí mismas. Viveros de monólogos inanes. A mí me producen una alergia mortal.
Me gusta mucho este poema Antonio, trasmites mucha fuerza a través de las palabras. Enhorabuena una vez más, un afectuoso abrazo
Las palabras son energía en sí mismas. Bien utilizadas pueden transmitir esa fuerza que atribuyes al poema. Las palabras de tus comentarios transmiten una reconfortante calidez humana. Un abrazo.
Ay Antonio…esta semana no soy capaz de unir dos palabras. Operan a mi madre el jueves de un tumor y me siento cansada de tener que estar siempre fuerte. : )
Un beso y gracias por tus amables respuestas.
Las palabras son una fuente de energía que no se pierde. Las palabras ignoran los límites impuestos por el espacio y el tiempo. Por eso y porque yo soy creyente, rezaré para que la operación de tu madre sea un éxito y ella se recupere felizmente, y para que tú conserves la calma y la entereza en estos momentos. Os deseo lo mejor a las dos.
Mil gracias Antonio, de corazón.
Creo que soy hija de Saturno. O prima hermana por lo menos.
Los hijos de Saturno somos buenas personas. Un tanto peculiares quizá. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.