enero 13, 2015 por Antonio Pavón Leal
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Publicado en Fotos | Etiquetado escarcha, hierba, invierno, sendero | 8 comentarios
Felicitaciones, te has ganado un Best Blog Award! (https://ensayosypoemas.wordpress.com/2015/01/13/lecturas-recomendadas-para-el-ano-que-comienza/)
Muchas gracias, Diego MMF, por la concesión de este premio. Saludos cordiales.
Muy hermosa esta imagen tan evocadora!
El sendero, la hierba, el rocío congelado, son una cabal imagen del invierno que en otra ocasión me sugirió este poemita:
Noches claras y frías Amaneceres bancos Agujas y cristales Paisajes escarchados
No era temprano cuando pasé por ese paraje, pero como estaba en la umbría, todo estaba cubierto por una impoluta capa de hielo.
Insinuoso camino, cuando estamos perdidos es mejor seguir caminando hacia dónde el destino nos dirija, perdernos y olvidar para volver a nuestro inicio del yo, muy necesario a veces, andar en nuestro interior.
El camino interno, el viaje interior son tan importantes, no diré más, que el ajetreo diario.
La hojarasca del camino nos reconforta y el silencio nos crea las sonoridades aterciopeladas del reencuentro.
El silencio y el frío propician el encuentro con uno mismo. Con Dios, si eres creyente.
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Felicitaciones, te has ganado un Best Blog Award! (https://ensayosypoemas.wordpress.com/2015/01/13/lecturas-recomendadas-para-el-ano-que-comienza/)
Muchas gracias, Diego MMF, por la concesión de este premio. Saludos cordiales.
Muy hermosa esta imagen tan evocadora!
El sendero, la hierba, el rocío congelado, son una cabal imagen del invierno que en otra ocasión me sugirió este poemita:
Noches claras y frías
Amaneceres bancos
Agujas y cristales
Paisajes escarchados
No era temprano cuando pasé por ese paraje, pero como estaba en la umbría, todo estaba cubierto por una impoluta capa de hielo.
Insinuoso camino, cuando estamos perdidos es mejor seguir caminando hacia dónde el destino nos dirija, perdernos y olvidar para volver a nuestro inicio del yo, muy necesario a veces, andar en nuestro interior.
El camino interno, el viaje interior son tan importantes, no diré más, que el ajetreo diario.
La hojarasca del camino nos reconforta y el silencio nos crea las sonoridades aterciopeladas del reencuentro.
El silencio y el frío propician el encuentro con uno mismo. Con Dios, si eres creyente.