Sin duda, tras un largo paseo o una buena caminata, se produce una transfiguración o, al menos, una renovación interior. No en vano los malos humores y otras turbiedades se han disipado con el esfuerzo andariego.
Esos nombres tan castizos, muchas veces tan ingenuos (en el sentido lato del término), y que ustedes aún conservan (a diferencia de acá en México que se han sustituido -no pocas veces- por nombres de servilismo político) y mantienen ese sabor entrañable y nostálgico.
¿He de confirmarte acaso, querido frater, que al igual que tus letras disfruto siempre tanto lo que tu ojo sensible capta a través de la lente de tu cámara?
Sí, es un nombre impactante. Es verdad que hay que subir y bajar cuestas, pero el camino está en buenas condiciones. Los zapatos resisten el recorrido sin resquebrajarse.
Los nombres originales hacen siempre alusión a alguna peculiaridad. Son nombres verdaderos. Los otros, los que tú señalas (práctica que no es privativa de México), son postizos. Son signo de servilismo y prueba de servidumbre, que hablan de los que impusieron esos nombres pero no de los lugares que los sufren. Un abrazo, cher Ernest.
» Romper los zapatos tras un calmado paseo nos recompensa, siempre que no rompamos corazones», ¿ nos transfiguramos tras un largo camino?.
Sin duda, tras un largo paseo o una buena caminata, se produce una transfiguración o, al menos, una renovación interior. No en vano los malos humores y otras turbiedades se han disipado con el esfuerzo andariego.
Esos nombres tan castizos, muchas veces tan ingenuos (en el sentido lato del término), y que ustedes aún conservan (a diferencia de acá en México que se han sustituido -no pocas veces- por nombres de servilismo político) y mantienen ese sabor entrañable y nostálgico.
¿He de confirmarte acaso, querido frater, que al igual que tus letras disfruto siempre tanto lo que tu ojo sensible capta a través de la lente de tu cámara?
Grande y cariñoso abrazobesos fraternal.
Sí, es un nombre impactante. Es verdad que hay que subir y bajar cuestas, pero el camino está en buenas condiciones. Los zapatos resisten el recorrido sin resquebrajarse.
Los nombres originales hacen siempre alusión a alguna peculiaridad. Son nombres verdaderos. Los otros, los que tú señalas (práctica que no es privativa de México), son postizos. Son signo de servilismo y prueba de servidumbre, que hablan de los que impusieron esos nombres pero no de los lugares que los sufren. Un abrazo, cher Ernest.