» Sublimes asperezas del alma y su Gracia». Luminosidad que interioriza en nuestro ser para descubrirnos cara a cara y dar explicaciones de lo dulcemente desconocido. Arboleda perdida que en un caminar incierto te encontré.
¿Qué sería de nosotros si la Gracia no viniera en nuestra ayuda? Pero con frecuencia la rechazamos. Otras cosas sin comparación más bajas nos interesan más.
Gracias por este comentario tan poéticamente certero.
» Si por mi fuera poder alejarme de la propia vida,
si no me encontrase a mí misma por mucho tiempo,
me olvidaría del mundo por unos instantes,
si los años no nos cambiasen tanto.
La vida nos somete a las contrariedades,
no esperadas por nuestros pensamientos,
ni por los sentires más profundos del ser,
¿y qué esperamos de nosotros mismos?
Instantes de felicidad, segundos de torpeza,
incertidumbres venideras a través del destino
que nos hacen creer que todo seguirá igual,
cuando en ese segundo tropezamos con un gran muro.
No cambia la Vida ni el Tiempo,
variamos nosotros por y para,
lo que no sabemos tan siquiera,
pero allí se interpondrá el desconocido destino.
que buena combinación con el sol de fondo
El sol de fondo en una tarde nublada. Saludos cordiales.
» Sublimes asperezas del alma y su Gracia». Luminosidad que interioriza en nuestro ser para descubrirnos cara a cara y dar explicaciones de lo dulcemente desconocido. Arboleda perdida que en un caminar incierto te encontré.
¿Qué sería de nosotros si la Gracia no viniera en nuestra ayuda? Pero con frecuencia la rechazamos. Otras cosas sin comparación más bajas nos interesan más.
Gracias por este comentario tan poéticamente certero.
Preciosas fotos, Antonio…sinfonía de luminosidad sublime.
» Si por mi fuera poder alejarme de la propia vida,
si no me encontrase a mí misma por mucho tiempo,
me olvidaría del mundo por unos instantes,
si los años no nos cambiasen tanto.
La vida nos somete a las contrariedades,
no esperadas por nuestros pensamientos,
ni por los sentires más profundos del ser,
¿y qué esperamos de nosotros mismos?
Instantes de felicidad, segundos de torpeza,
incertidumbres venideras a través del destino
que nos hacen creer que todo seguirá igual,
cuando en ese segundo tropezamos con un gran muro.
No cambia la Vida ni el Tiempo,
variamos nosotros por y para,
lo que no sabemos tan siquiera,
pero allí se interpondrá el desconocido destino.
Un hermoso y veraz poema que leo y escribo interiormente contigo:
Alejarse de la propia vida
No encontrarse por mucho tiempo
Olvidar el mundo
Espero que los lectores de El Bosque Silencioso aprecien y disfruten este texto como yo que aspiro a vivir en el olvido de mí mismo.
Mil Gracias Antonio por tus bonitas palabras. Un abrazo.