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Camino polvoriento
En la orilla una mata
De fragante cantueso
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Mucho he gozado
Dame un tiro en la sien
Mucho he penado
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Samsara
Aterradora rueda
Dando vueltas y vueltas
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Muchas veces damos vueltas y vueltas, sin querer estar dentro, buscando la salida, pero como si no la encontrásemos. Esto me viene a la mente algo que me ocurrió en un blog, el autor siempre dando consejos, y entre mis comentarios siempre le decía mi opinión, que cuando alguien tiene verdaderos problemas ni un cursillito ni las buenas palabras te van a quitar el problema…¡cuántos mentirosos por el mundo!, y ¿ qué pasó?, que el susodicho autor me censuró….para que sus blogueros no se dieran cuenta…no era un autor es un vendedor de libros y conferencias…y punto.
Con los problemas hay que aprender a convivir. Hay que saber torear, que diría un castizo. No hay recetas mágicas, aunque es verdad que la experiencia nos enseña algunas cosas.
Lo que cuentas es algo que ocurre cuando cuestionan nuestros esquemas o lo maravillosos que somos. Un abrazo.
Gracias Antonio por tan bonita explicación. Un besito.
Tres grandes poemas existenciales, abarcando valores esenciales para el ser humano: esperanza, vida, amor, espiritualidad, gozo y sombra…
Hay que leerlos varios veces y en voz alta (la poesía sólo puede sentirse así) para aspirar el aroma que destila cada uno de ellos y gozar con el juego léxico, la musicalidad de cada triada, y el sentido de cada verso.
Hermosa lírica en conspicuo ejemplo de concreción.
Vaya un fuerte abrazobeso, Antonio, con cariño, admiración y fraternidad.
El primer poema es real (en el sentido de que está inspirado en una mata de aromático cantueso que crecía a la orilla de un camino polvoriento) y simbólico (de fácil interpretación para cualquiera con un mínimo de sensibilidad).
El segundo es muy existencial. Resume la vida de mucha gente. Tal vez omitiendo el segundo verso: esa petición de alguien que dice basta.
El tercero gira, como no podía ser menos, en torno al concepto hindú (y de otras tradiciones orientales) del mundo fenomenológico: una rueda que no para de dar de vueltas.
Por supuesto, cuando se trata de poesía, y a menudo de prosa, la lectura en voz alta es necesaria para la comprensión del texto que no está hecha solamente de ideas e imágenes sino también de sonidos. Todo es significativo. Un abrazo.
Giramos y giramos para estar en el mismo sitio o ¿ para ser los mismos en otro tiempo?
Tu frase me recuerda otra del escritor italiano Tomasi di Lampedusa: «Que todo cambie para que todo siga igual».