Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
mayo 18, 2017 por Antonio Pavón Leal
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Entiendo que pertenece a alguna edificación que hoy sirve de oficina pública. Ya me dirás.
El concepto me encanta: «el mirador mirado»
Abrazobeso cariñoso, fraterno y semper fidelis.
No estoy seguro de si es un edificio público o privado. La próxima vez que vaya al centro, me fijaré. Se encuentra en la Plaza Nueva, donde se levanta el monumento de San Fernando a caballo y adonde se abre la puerta principal del Ayuntamiento.
Este es un mirador mirado y fotografiado, pero hay otro en una calle cercana al que se puede subir y desde donde se contempla una magnífica vista de la Catedral y de la Giralda. Un abrazo.
Sé lo mucho que te agobia la multitud (y créeme que lo comparto, pues vivir en Ciudad de México, no es ya viable: ¡22 millones de personas!), pero la diferencia con Ciudad de México, es que a pesar del gentío con que te topes (sobre todo en las festividades como la Feria), puedes disfrutar a tus anchas de la historia sevillana en su arquitectura (grande y pequeña), pues España tiene respeto por su pasado. En Ciudad de México no tienes idea la cantidad de barbaridades que se cometen por motivo de la «modernización». Demuelen obras de la arquitectura pasada y moderna (que ya son historia) para levantar espantosas torres habitacionales o torres de metal y vidrio, copiando el concepto gringo de sus zonas financieras. Cuando no es así, reestructuran casas para vovlerlas oficinas o restoranes. Aquí no hay verdadero respeto por nada. Sólo el centro histórico (pero la parte más turística y ventilada en el mundo) se ha restaurado como foco de atracción; aunque excuso decirte que de plano es imposible moverse por sus calles por el gentío nacional y extranjero que se mueve ahí, amén de que es zona sin vegetación, por lo que la contaminación no sólo se respira sino que la sientes en la piel.
En fin, que no quiero leerme negativo, sino envidiar (con los bemoles que pueda haber, pues no hay país perfecto) tu ciudad, tu comunidad y tu país, donde sí les preocupa valorar y enorgullecer de lo que son y han sido.
Abrazobeso enorme y siempre fraterno, cher Antonio.
Es cierto que el centro de Sevilla, uno de los más extensos de Europa, está bien conservado. Y también está muy concurrido. Sobre todo en primavera, coincidiendo con la Semana Santa y la Feria, hay numerosos turistas.
Es agradable pasear por sus calles y plazas en las que la historia te sale al encuentro a cada paso.
Ahora tengo en mente recorrer los lugares cervantinos, uno de los cuales, la casa de Monipodio, donde se reunía el hampa de la época, está cerca de donde vivo. Naturalmente no la casa sino una placa que te indica su ubicación. Para saber cómo era hay que leer «Rinconete y Cortadillo». Sevilla es una ciudad literaria, y le puedes dar a esa definición el sentido que quieras: una ciudad que ha inspirado a los escritores o una ciudad de escritores. El mito de Don Juan nació aquí. Tirso de Molina lo llamó «El burlador de Sevilla». Por cierto, el verdadero nombre del autor era fray Gabriel Téllez, nacido en Madrid. Un abrazo.
En efecto, Gabriel Téllez,madrileño, quien para evadir la Inquisición debe haber recurrido al pseudónimo deTirso de Molina. No hay que olvidar que Próspero Merimée ubicó su novela Carmen en Sevilla y la ópera homónima de Bizet lo mantiene.
Afortunadísimo que eres, sin duda.
Gracias por este comentario-testimonio.
Abrazobeso fraternalmente cariñoso, magister.
Y Carmen la cigarrera que tiene un monumento en el Paseo de Colón, frente a la plaza de toros.
Pues vamos a recibir el fin de semana con la obertura de la ópera que Bizet consagró a ese personaje tan literario y con tantas versiones: