153.-Emma: “Me cuenta mi cuñada que está disgustada con mi hermano. Pregunto: ¿No hace todo lo que le dices? Responde: Sí, pero no cuando se lo mando”.
154.-Emma: “Me cuenta mi cuñada que mi hermano es muy reactivo. Pregunto: ¿Qué ha hecho ahora? Responde: Fui a la habitación donde estaba leyendo, cerré la ventana porque entraba mucha flama, y encendí el aire acondicionado. No veas cómo se puso. Replico: ¿Has probado a no buscarle las cosquillas?”.
155.-Emma: “Fui a tomar una copa con unos amigos a la marisquería Fuengirola que tiene las mejores gambas del barrio o tal vez de la ciudad, así como una espléndida terraza donde nos acomodamos.
“Mi hermano y mi cuñada estaban también presentes. En un momento dado a él se le ocurrió decir que iba a instalar una rocalla en el jardín. Ella, sin decir palabra, levantó el brazo derecho con el dedo índice extendido que movió de izquierda a derecha repetidamente.
“Igual que en la alta sociedad donde todos guardan un breve silencio cuando a alguien se le escapa un pedo, nos quedamos con el gesto en suspenso durante unos tensos segundos que finalizaron cuando mi hermano musitó: Bueno, bueno”.
156.-Digo: “Los lectores de este blog van a pensar que tu hermano es un calzonazos” “¿Vas a publicar lo que te he contado?” “Creo que no podré evitarlo” “Pues sabed, tú y los cuatro lectores de tu blog, que mi hermano no es un Juan Lanas. Es, según tengo comprobado, como la mayoría de los hombres” Estuve a punto de replicar que esa observación no invalidaba el juicio sino que lo empeoraba, pero opté por callarme.
157.-Me pregunta Emma sin ocultar cierta desazón: “¿Tú crees que lograrán acabar con la poesía, que la reducirán a una papilla sin color, olor ni sabor?”. Entiendo que se refiere al pensamiento dominante, al pensamiento débil, a ese buenismo que impregna las ideas y las conductas. No sé qué responderle. Ese riesgo existe. Ese riesgo es real.
158.-Vemos las noticias. Emma se aburre pronto. Yo también. Apartando la mirada del televisor pregunta retóricamente: “¿Contra quiénes están tirando piedras esos mentecatos?”.
159.-Los políticos no mienten ni se equivocan. Se limitan a decir las cosas de forma que parezcan verdad aunque disten de serlo. Para corroborar este punto basta con leer sus perfiles biográficos en Wikepedia. Si uno se traga esa trola, uno acaba creyendo que ellos son la reencarnación de Einstein y ellas la de madame Curie. Que son el no va más. Desde luego hay que reconocer que son la flor y nata de esta sociedad fullera y lenguaraz.
160.-Casi nada era lo del ojo y lo llevaba en la mano.
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Jajajaja, la primera es buenísima.
Y en cuanto a la muerte de la poesía, no lo creo, siempre habrá voces discordantes, verdaderas y poéticas, pero si sucediera sería horrible y muy triste.
En «La historia interminable» de Michael Ende ese es el telón de fondo. El reino de Fantasía está en peligro. Su Emperatriz está gravemente enferma. Recuerda que Bastián, un muchacho del que se burlan sus compañeros, con la ayuda del imaginario guerrero Atreyu, logra salvar al Reino de Fantasía de la Nada. Confiemos en los Bastianes. O mejor, convirtámonos en uno.
Geniales anotaciones, hermano. Una lectura deliciosa y jocosa. La cuñada de Emma es sólo la muestra de que algunas parejas no pueden sobrevivir sin el juego del dominio. Eso no quita que qué purga se sopla cada día el hermano.
La poesía parece cada vez más lejana del público y parece entrar en una desafortunada clase elitista, cuando antaño era de lo más leído y releído.
Los políticos son una clase sui generis que debiera mantenerse soltera y por ningún jamás de los jamases, reproducirse.
Abrazobeso cariñoso, enorme, fraterno y admirativo, cher Antonio.
La cuñada de Emma es dominante y arbitraria. Y encima se enfada. El hermano y la mayoría de los hombres, creo, no están tan interesados en organizar las vidas ajenas. Con la suya les basta.
Estas puntadas anecdóticas, no hace falta decirlo, son humoradas, lo cual no significa que no reflejen hechos reales.
La poesía, como todas las producciones humanas, está sujeta a la influencia del pensamiento dominante (hoy va la cosa de poder). Para mí no es tanto una cuestión de elitismo, esteticismo, diletantismo…, como de didactismo. Esto es lo que arruina la poesía y cualquier actividad artística.
El celibato no está hecho para los políticos. Se emparejan con cualquiera. Forman extrañas pareja de cama de las que nacen monstruosas criaturas. Esa clase está en posesión del más completo catálogo de perversiones. Un abrazo.
La cuñada de Emma requiere de un buen «estate en paz». El marido, como algunos en su caso, como los tres monos; no ven, callan, no oyen, y se evitan broncas.
Ese afán pragmático que se aplica en todo hoy día es nefasto y vulgariza, sobre todo lo que atañe al espíritu humano (entre ello, el arte).
Los políticos son raza dinosáurica que hace mucho tiempo debió haberse extinguido.
Jocoso y fraternalmente cariñoso abrazobeso, magister.
Buenísimas anotaciones, claras, puntiagudas. Bravo!
Gracias, (aquí pondría tu nombre). Me complace que estos apuntes te hayan parecido claros y puntiagudos. Y me alegro de que te hayan gustado. Saludos cordiales.
Y no creo que se pueda acabar con la poesía. De una manera u otra vuelve a brotar, sólo que va adoptando formas diferentes y a veces, no la reconocemos
Yo no creo tampoco que se pueda acabar con la poesía, que identifico con la misma vida. Tendrían que acabar con esta para liquidar aquella.
Como señalas, la poesía es una planta que brota por poca tierra de que disponga. Brota, crece y florece.
[…] Source: Anotaciones varias (XI) […]
Gracias por rebloguear. Saludos cordiales.