263.- Ante las desgracias hay dos actitudes o se producen dos reacciones básicas. Una es la del que sale pitando a divertirse, a estar fuera.
La otra actitud es la del que se para. La del que rehúye el aturdimiento y se plantea algunas cuestiones.
La primera reacción es la predominante en nuestra época, casi exclusivamente orientada hacia lo exterior. Sólo la materialidad es real. Sólo existen los goces corporales hacia los que se corre despavorido cuando la vida pone en un brete.
264.-En estos tiempos el mayor escándalo es apostar por el Absoluto. No hablamos de reconocer nuestra interinidad, de asumir que somos aves de paso, sino de aceptar que la vida no acaba con la muerte. Todavía más, que lo que en este tan cacareado aquí y ahora hagamos o dejemos de hacer tiene un valor positivo o negativo.
265.-Ateniéndose a la razón uno tiene que declararse forzosamente ateo (el agnóstico no es más que una variedad). El descubrimiento de Dios no es obra del intelecto sino de la fe.
La radical oposición, o la exclusión, entre fe y razón es más aparente que real, y desde luego interesada en determinados sectores.
Esa división es necesaria para impedir lamentables descarríos. Los filósofos griegos recurrieron metódicamente al bisturí racional. Antes que ellos un pueblo entero había reconocido y aceptado la existencia de Dios y, por tanto, de su condición de criaturas.
El ateísmo no se queda en una mera declaración doctrinaria. Se ha convertido en una contrarreligión que organiza procesiones y rituales paródicos, y que aspira a imponerse abierta o insidiosamente desde los medios de comunicación y las instituciones oficiales.
Ese empeño en negar la dimensión sobrenatural del hombre se manifiesta en actitudes blasfematorias que son un reconocimiento de la realidad escarnecida. La contrarreligión engendra contrafiguras grotescas de penosa contemplación.
El impulso ascensional conlleva el acatamiento de límites morales y, en mayor o menor grado, la necesidad de la ascesis.
Negar o rechazar esa direccionalidad significa revertirla. Lo material y lo fisiológico son entonces el destino del viaje.
266.-Frente a la rendición del yo, a la aceptación de la realidad, a la renuncia a la mundanalidad, a la búsqueda de sentido, a la convicción de que ningún acto humano es indiferente, que son valores a la baja, se alza el gran pseudovalor de la relativización.
267.-Hay muchas cosas que no comprendemos, atrocidades que cuestionan la fe. Hay debilidades que nos incapacitan para ir más allá de nuestras necesidades e intereses. ¿Cómo hablar de sentido?
Queremos soluciones y explicaciones. Queremos pedir cuentas, como si no fuésemos nosotros quienes tenemos que rendirlas.
El sentido es una vía que vamos abriendo en el marasmo existencial. El sentido nos interpela. Mediante las palabras o el silencio establecemos una relación con él. En cualquier caso se requiere disponibilidad que es una condición tenazmente saboteada en nuestra sociedad. Nuestro mundo obstaculiza la escucha, la apertura y las ganas de emprender esa exploración.
268.-Es el hombre quien labra su infortunio. El obcecamiento y la soberbia es el muro contra el que se estrella. La imposición de la voluntad (el poder) no deja resquicios por donde entre el aire fresco. Las puertas están cerradas. El diablo anda dentro fomentando las mezquindades y espoleando las apetencias.
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No soy creyente pero nunca me reiría de la fe de otros ni podría asegurar que estén equivocados. No sé si existe Dios o algo más después de esta vida, racionalmente creo que no pero es tan poco lo que sabemos en realidad…
Estoy de acuerdo contigo en que en esta sociedad no es fácil encontrar el silencio y la introspección necesaria para dar cabida a la espiritualidad.
Vivimos en una sociedad racionalista, excluyente y fuertemente reduccionista. Es difícil conversar con alguien que empieza haciendo una declaración de ateísmo. Está indicando de esa manera que ciertos temas hay que descartarlos de entrada, que ciertos temas no son dignos de ser abordados.
No, la nuestra no es una sociedad que dé cabida a la dimensión espiritual, la cual, según Jung, junto con las sensaciones, las emociones y los afectos, y los pensamientos conforman al ser humano.
«El descubrimiento de Dios no es obra del intelecto sino de la fe..» Pues, de ahi todo empieza , de la fe. la Fe existe y existía siempre durante toda la existencia de la Humanidad , si no , no sobevivimos .Pero sus formas cambiaban y evolucionaban durante el transcurso del tiempo. ( de idolocratia hasta Díos único El Creador) . ¿ Quizá… estemos en el proceso de cámbios de las formas de la Fe? ¿ Quizá venga tras mil años otro concepto de la Fe ( más bien otra forma)? ¿ O el concepto que tenemos hoy es el último ?
¿Como se puede obtener la Fe? ¿ Mediante la Iglesia? ¿ Leendo La Biblia?
Lo ves cuantas preguntas me ha despertado tu texto. Muchas gracias. No sé si soy atea o creyente, pero no creo en la casualidad de nuestra existencia.
Leyendo tu comentario me queda claro que eres una inquieta buscadora. Alguien que se pregunta. Alguien que mantiene una actitud abierta. Ese perfil coincide más con el de un creyente que con el de un ateo, a quien esas cuestiones no importan, o presume de haberlas liquidado hace tiempo (tengo algún ejemplo famoso en mente).
La fe y la esperanza es lo que nos sostiene. Sus formulaciones varían o evolucionan. Si lo reducimos todo a la razón, implosionamos. Un abrazo.
La fe y la esperanza es lo que nos sostiene…tanto a los creyentes como a los ateos.
«no soy nada
nunca seré nada
no puedo querer ser nada
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo (Álvaro de Campos/Pessoa)
Pessoa y sus diversas personalidades (técnicamente heterónimos) penetraron profundamente en el alma humana.
A este mismo poema le dediqué una entrada. Ya ves, coincidimos en nuestras preferencias literarias. Te dejo el enlace: https://elbosquesilencioso.com/2011/03/16/no-soy-nada/
Sí
al leerte este texto de grandes preguntas, me ha venido a las mientes
este verso, que me transmite mucho (me alegra coincidir en lecturas)
También un artículo de Manuel Vicent que decía, muy resumidamente, que cualquier creencia (desde la virgen del carmen hasta Buda, pasando por Súper man) que ayude a alguien a dormir por la noche
es válida
Supongo que te refieres al verso: «¿En qué he de pensar?». A mí ese verso me ha recordado una invocación de los salmos, con los que seguramente no tiene nada que ver.
También ayuda a dormir el Orfidal. Se empieza por 1 mg y si es necesario, se sube la dosis. El caso es descansar algunas horas por la noche. Que durmáis bien.
Uy el orfidal! Nosotros ya vamos por la quetiapina, en dosis altas
❤
Saludos cordiales.
A las dos reacciones básicas, le agregaría una tercera, esa que paraliza, que hace que sigas la corriente aún sin estar de acuerdo, el famoso»ni contigo ni sin ti» que muchos adoptan como opción. Por otro lado, y por alguna extraña razón volvimos a los tiempos de los sofistas, solo que los puntos de vistas ahora obedecen a las parcialidades de acuerdo a la propia burbuja de información en la que estemos (Ateos, agnósticos y creyentes, incluidos). Resulta interesante tu punto de sobre la trascendencia y la «necesidad» de esta. Saludos virtuales y feliz domingo ❤
Las sofisterías están a la orden del día. Sócrates luchó durante toda su vida contra esa impostura. Al final hizo el sacrificio supremo.
¿Qué otra solución, salida o escapatoria hay que no sea la integración, la trascendencia, la transformación (me gusta mucho el nombre griego de esta: «metanoia», cuya traducción más corriente es conversión)? Para mí son decisiones individuales. Sin duda es difícil nadar a contracorriente. Un abrazo.
Además de las que dices, la convivencia, coexistencia…
Saludos virtuales ❤
Es el hombre quien labra su infortunio. El obcecamiento y la soberbia es el muro contra el que se estrella. La imposición de la voluntad (el poder) no deja resquicios por donde entre el aire fresco. Las puertas están cerradas. El diablo anda dentro fomentando las mezquindades y espoleando las apetencias. Me quedo con esto. Felicitaciones
Eso pienso. El individuo, al dejarse arrastrar por sus intereses y cegar por sus prejuicios, al ansiar siempre más, es el artífice de su propias desgracias y de las calamidades sociales que nos asolan. Muchas gracias.
Excelente desarrollo de este aspecto tan primordial que siempre es más fácil relativizar que enriquecerse de él. El último párrafo es muy esclarecedor en cuanto a la formas en que se da un tajo a la raíz o a cualquier brote de índole espiritual que pretenda surgir a través de esa rendija limitada que se suele dejar en la conciencia.
La incomprensión sobre la «falta de congruencia del mundo y el sentido de la vida» lleva a justificar, incluso gloriosamente, la pérdida o ausencia de fe.
Un abrazo.
El poder, como ves, aparece por cualquier sitio. La relativización del mal, y no digamos su negación, es uno de sus grandes triunfos.
Nuestro mundo no favorece la espiritualidad, de hecho la desprecia. Pero el ser humano es una mezcla de necesidades materiales y de aspiraciones inmateriales. Entre la carne y el espíritu se extiende la cuerda floja de la fe, sin la cual nuestro mundo sería, como lo es a veces, una merienda de caníbales. Un abrazo.