320.-Adaptar o recrear, por reflejar la propia experiencia, aquello que se considera significativo en otros textos, es un recurso atestiguado en la literatura desde sus inicios. Hay quien lo llama expeditivamente “fusilar”. Un ejemplo lo tenemos en San Juan de la Cruz, a quien la Égloga II de Garcilaso de la Vega le sirve de referencia e inspiración para algunos pasajes de su Noche Oscura.
321.-La literatura es el único campo en el que reina la libertad. Se puede cargar sobre las espaldas del personaje correspondiente cualquier disparate. Con o sin maquillaje se puede consignar lo que al autor se le pase por la cabeza. Se puede hacer un uso “ad libitum” de las palabras, estén o no estén en el diccionario.
La literatura es un adelanto del paraíso. El reverso de las restricciones y estrecheces impuestas por las normas sociales.
322.- El trabajo constante obra milagros. La inspiración existe. Hay textos inspirados. Pero el camino literario, o artístico en general, se puede recorrer día a día y llegar tan lejos como a uno se lo permitan sus fuerzas.
323.-El objetivo es siempre la depuración, podar lo superfluo. La mayor eficacia narrativa es la concisión. “Le mot juste” que dijo Flaubert; tal vez esa palabra justa no exista siempre. Aun así, representa un ideal que da los frutos más selectos.
324.-Una de las aplicaciones y beneficios de la capacidad fabuladora es que sirve para ordenar el pasado. Gracias a esa reorganización se logra que los recuerdos arrojen una nueva luz. Supone también un intento de comprender e integrar. La escritura se convierte en un acto de belleza y un proceso de reconciliación.
325.- Dice Emma filosófica: “La vida es una deprimente mezcla de soberbia y cerrilidad, una sucesión de naderías a las que concedemos una importancia desmesurada” “Afortunadamente” replico, “la literatura las rescata y demuestra que son el variado atuendo que reviste la eternidad”.
Me han gustado mucho estas reflexiones literarias.
Sobre la libertad en la escritura he pensado bastante, no me siento del todo libre escribiendo por miedo a hacer daño a otros. Solo podría ser libre de verdad si no me leyera nadie de mi entorno o me cambiara el nombre.
En lo demás, estoy de acuerdo, la literatura hace más soportable el prosaísmo de la vida cotidiana. Tú lo has dicho mejor.
El anonimato es una opción, pero conlleva la renuncia pública a nuestro trabajo. Utilizar seudónimo es, con un toque de sofisticación, algo parecido.
El riesgo que apuntas es real. Habrá quien se moleste e incluso te demande. Este es uno de los desafíos del escritor. Pero el margen de actuación es amplio.
La literatura es, en cierto modo, una varita mágica. Gracias, Paloma. Saludos cordiales.
En cuanto al la 324 me parece que describiendo el pasado no lo ordenamos sino más bien lo adornamos .Un abrazo Antonio.
El egotismo nos impulsa a comportarnos así. Pero la distancia nos proporciona objetividad, la cual importa un comino a mucha gente. Y la creatividad, por menguada que sea, nos ofrece la posibilidad de hacer nuevos y honestos planteamientos. Yo no me voy a tomar la molestia de ponerle lacitos a mi pasado, negros o de colorines, para que quede mono. Me da la impresión de que tú tampoco. Un abrazo.