XVIII
Estos monstruos habitan en el fondo del alma.
Como en una pecera, se revuelven y agitan,
y muestran sus colmillos y miran con sus ojos
inyectados en sangre.
Estos monstruos están en mi propio interior,
haciendo de las suyas, sin cristal protector.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.