26.-Emma a su amiga Lupe: “Cada cual carga con su cruz. A todo el mundo le aprieta el zapato en algún sitio, aunque el zapato sea de Gucci, aunque se lo haya hecho a medida. Y borra esa sonrisa escéptica de tu cara. No estoy justificando a las clientas de Christian Dior ni de Prada.
“Aunque por fuera todo parezca oro, la realidad interior no coincide con ese relumbrón que encandila a los espectadores. ¿De veras crees que hay quien se libra de pagar un precio?
“Hay quienes gozan de una excelente situación económica y de fantásticas relaciones sociales, pero incluso esas afortunadas tienen una queja, un punto negro, una servidumbre. Y no veo razón alguna para menospreciar o satirizar ese problema real, que como cualquier otro hay que saber gestionar si no quieres que te acabe amargando la existencia.
“Vivir tiene sus ventajas y sus inconvenientes, en proporciones variables y haciendo los distingos que quieras. A cada mortal le corresponde su lote.
“Hay quien decide vivir sola y quien prefiere hacerlo en compañía. Habrá momentos en que la primera mire con envidia a la segunda y viceversa. Porque tanto un estado como otro tiene su cara y su cruz.
“Aunque no paras de despotricar contra los hombres, los echas de menos. No lo niegues. Yo, sin embargo, he recalado en la soledad que es donde he encontrado mi sitio. Y no pienso abandonar esa rada.
“Cada una tiene lo que se ha buscado a lo largo de los años. Llega un momento en que no podemos desviarnos del camino que se extiende ante nosotras. Sólo podemos seguirlo porque ése es nuestro camino.
“Ya sé que no estás de acuerdo con ese planteamiento. Según tú, podemos empezar una y otra vez, debemos hacer lo que nos convenga o apetezca. Si ese camino se ha puesto difícil o ya no nos gusta, lo que hay que hacer es dejarlo y coger otro.
“Tú eres un buen ejemplo de que eso no es así. Hacemos lo que tenemos que hacer, con escaso margen de maniobra por lo general.
“Las elecciones son posibles al principio, pero a medida que avanzamos el abanico se va cerrando. Al final sólo se ofrecen dos opciones: o seguir o no seguir. Y no me digas que otra posibilidad es tirar campo a través o arrojarlo todo por la borda, porque ése es el segundo término de mi disyuntiva. Y, por cierto, a ti no te ha dado por echarte al monte. Que quizás lo hagas. Sí, claro, hay quien lo hace”.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported
Buenos días, amigo, interesante entrada solo apuntillar…Que todos los caminos conducen hacia los brazos de Dios…Feliz día, amigo, besos.
Gracias por tu comentario. Me temo que no entiendo eso de «solo apuntillar»
🙂 Un abrazo.
Bueno quizás no me exprese bien quise decir; “Solo quería apostillar, que todos los caminos conducen hacia los brazos del Señor” …Siendo por descontado mi humilde opinión Un abrazo
Gracias por la aclaración. Feliz velada.
Reblogueó esto en sara33iay comentado:
Del blog El bosque silencioso «La vida» qué bonito.
Esta entrada no me había llegado o no la vi. Pues, me da la impresión que a veces se elija hasta mejor con el abanico cerrado. Un abrazo.
Encuentro tu afirmación un tanto esotérica. Unas veces es cuestión de elegir, como cuando vamos a un restaurante, y otras de aceptar, como cuando comemos en casa. Al principio la vida parece un restaurante. Pero esa visión varía con los años. Feliz velada comas donde comas.
Pero Antonio, si yo siempre veo la misma carta por to lao ;-), por lo cual no tengo esa sensación de elegir. Si la tengo en mi casa, porque me encanta ‘guisar’; pinto los platos de texturas, sabores y colores y lo disfruto. Pero a lo que me refería era que el hipermercado de supuestas elecciones libres (el super abanico que nos presentan como real) solo me confunde, a menudo simplemente prefiero contemplar lo que hay, a mi alrededor, cosas ‘simples’ o ‘pequeñas’, la naturaleza, un vaso con agua, los colores del aceite de oliva, el sonido del pan, lo que encuentro por el camino, incluidas las personas y su forma de caminar, un milpies. Todo lo que veo, me entra profundamente al corazón y luego dibujo sobre ello, como tu escribas (sin elección, jajaja)
Hola Antonio,
esa observación tan sabia “Las elecciones son posibles al principio, pero a medida que avanzamos el abanico se va cerrando. Al final sólo se ofrecen dos opciones: o seguir o no seguir.» me resulta muy familiar. Voy a ver si cambio por un abanico más amplio para que no se me vaya cerrando tan rápido… las opciones son muy limitadas. — Saludos desde Múnich.
Gracias por tu comentario, Tonamtzalor. Espero que tu abanico de opciones se amplíe, y que puedas disfrutar de ellas. Mi experiencia al respecto es la que se refleja en las líneas transcritas. Quizá conforme se avanza, se vive más en profundidad y menos en extensión. En relación con este tema viene a pelo el castizo refrán que afirma que cuando una puerta se cierra otra se abre. Las sentencias populares raramente se equivocan. Saludos cordiales desde Sevilla.