Sucede —raras veces— que le encuentro
un sentido a la vida, que le cojo
las vueltas, que su centelleo rojo
me ilumina y me afogara por dentro.
Pero no me acobardo sino que entro,
a riesgo de convertirme en despojo,
por testarudez más que por arrojo,
polilla chamuscada, hasta mi centro.
Allí se me revela un gran secreto:
la sangre se transforma en una rosa
entre las hojas verdeantes de un seto.
No acaba aquí esta aparición gloriosa:
desde un pico más alto que el Aneto
se precipita el agua tumultuosa.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported
Please visit my new blog, hope you like it 🙂
http://ajaytaobotanicalblog.wordpress.com/
thank you so much 🙂
With pleasure.
Thank you dear 🙂
Reblogueó esto en sara33ia.
Gracias, Sara, por regloguear el soneto. Feliz inicio de semana.
igualmente, que disfrutes de la semana.
Gran soneto!
Gracias, Francisco. Que tengas una buena semana.
Qué profundo y sincero Antonio, durante este tiempo de ausencia, no sé la de veces que he entrado en mis luces y mis sombras, hermosa manera de crecer…
Me alegro mucho de volver a leer tus entrañas, dure lo que dure, estar en tu espacio compartido siempre es un buen motivo para hacerlo.
Un abrazo enooooooorme.
Ya me pasé por tu blog cuando publicaste tu nuevo post tras esta larga ausencia. Me sorprendió el tono, ¿sabes?, tan sincero, tan vehemente.
Es una alegría encontrarte otra vez en la blogosfera donde compartiremos lo que nos dicte la inspiración…o las entrañas, que son la sede de lo auténtico, de aquello de lo que no podemos abjurar. Vaya otro gran abrazo para ti.
Sí…baño de humildad…y ahora respiro con más paz, perdonar y perdonarte a ti misma, reconciliación con el mundo. Espero que te “gustase” aunque te sorprendiera.
Sí, me gustó.
Estoy seguro de que saliste fortalecida y enriquecida de esa experiencia. Como Manolita, aprendes sin dejar de ser tú misma, creces sin traicionar tus principios. Supongo que eso se puede calificar de “madurar” 🙂
Ya lo creo, igual que ella. 🙂
Siempre fui una hereje Antonio…desde pequeñita, pero no acabo nunca de acostumbrarme al fuego de la hoguera, tal vez sea eso lo que me hace seguir siendo como soy. Feliz semana de mayo.
Entiendo que eres independiente, con un criterio personal bien definido, con capacidad y audacia para enfrentar peligros y seguir tu propio camino. A menudo por eso se paga un precio alto, incluso se puede arder en la hoguera…No creo que nadie aprecie ni acabe acostumbrándose a las llamas que nos socarran las carnes, a excepción de San Lorenzo que pidió que le diesen la vuelta en la parrilla para no quedar crudo por ningún lado 🙂
Impresionantes tus poemas, Antonio. Una cierta pincelada mística: ” la sangre se transforma en una rosa”. Cuando el Sentir es maravilloso, no hay mayor disfrute en la Vida y su directa conexión con ella.
La vena mística y el ramalazo romántico (éste último señalado por un amigo recientemente, en el sentido sobre todo de querencia al monte y a los mares de niebla, a la naturaleza en suma) están presentes en mis escritos, no de forma deliberada sino espontáneamente, porque es bañados en esa luz como vienen al mundo.
¿ Y qué es lo raro, verdad?, a veces lo normal, tan sólo lo normal, pero ya se nos ha olvidado ” lo normal”, ¿ cambiar lo normal por otro prototipo?, ¿ para qué? perdemos sentido a las cosas y nos perdemos a nosotros mismos. ” Raras veces” , esas raras y mágicas veces nos sugieren muchas cosas.