50.- Allanar el camino a la creación. Abandonar las expectativas y las exigencias abiertas o encubiertas. Escribir requiere apertura y disponibilidad. La escritura no admite condiciones.
51.-Hay variadas técnicas o tácticas y ninguna es definitivamente efectiva. Cada novela, relato o poema es un descubrimiento. De antemano no se puede saber qué método va a funcionar. El que ha sido válido en una ocasión, se revela inútil en otra. Cuesta trabajo asimilar esta enseñanza porque nos gustaría estar en posesión de la receta aplicable en todos los casos.
52.-Pararse, vivir las rachas de infecundidad hasta encontrar el sendero que permita seguir avanzando hacia la nueva región por explorar.
53.- Corregir es pulir, recrear, optimizar. Corregir es llevar la obra literaria a su punto máximo de eficacia expresiva.
54.-Bloqueos, impasses, esterilidad, travesías del desierto de todo creador. Para dejarlos atrás y alcanzar tierra fértil hay que recorrerlos.
55.-El trabajo literario tiene una vertiente terapéutica a condición de no convertirlo en una moneda de cambio. El trabajo literario es un fin en sí mismo. Tomado de esa forma, nos puede ayudar a sentirnos mejor, a reconciliarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno, a equilibrarnos. Si lo tomamos como trampolín o como tribuna, esos beneficios no se producirán. Tal vez se recojan otros frutos pero no ésos.
56.-No se trata de aplicar ideas sino de vivirlas. Tampoco es exacto hablar sólo de ideas, pues el magma creativo se compone también de elementos procedentes de otras instancias psicológicas y espirituales. La totalidad creadora sobrepasa la esfera mental o ideológica.
57.-Pararse. Hacer trabajos preparatorios, limpieza, balance. Desbrozar el camino. Trazar líneas maestras. Tantear. Orientarse. Estas tareas no son escalones o pasos intermedios. Son fines en sí mismas.
58.-El trabajo literario es un acto de servicio a la creatividad. Entendido así, por más altibajos que acontezcan, es siempre estimulante. Es un acto de servicio, no una esclavitud. Es un compromiso, no una condena. Es una elección, no una obcecación. Es una necesidad, no una fatalidad. De esta forma, la obra logra enraizar en los estratos profundos del individuo y de la sociedad.

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Muy acertado todos los puntos Antonio, pero sobre todo el último lo dice todo, además de ser muy completo es precioso. Si tuviera que escoger, me quedo con el número 58. A ver si empiezo a escribir yo algún día…sólo hago rescatar cosas de aquí y allá como lectora.
Te animo a que lo hagas (escribir). A juzgar por tus comentarios, en los que queda de manifiesto tu sensibilidad y tu capacidad expresiva, no hay nada que te lo impida. Estoy seguro de que tienes cosas interesantes que contar. Me encantaría leer algo tuyo (aparte de los comentarios).
En el punto 58 expongo mi visión de la literatura. Se puede entender como una declaración de principios.
Está bien dejaré este pequeño escrito mío, digo pequeñito con humildad, pero lo maravilloso es escribir.
TIEMPO ILÓGICO
Tiempos de muchas aceptaciones y pocos rechazos, demasiadas complacencias y diminutos esfuerzos.
Una inmensa fraternidad ilógica nos rodeaba, sin derecho a detenernos en un aprehender inmediato, una sublime instantaneidad irrespirable nos apretaba el corazón, en contra toda amable lógica.
Una voz de renuncia a todo aquello nos invadía la mente como si un tiempo remoto viniese a nuestra búsqueda, como una llamada del pasado deseando hablarnos y devenir presuroso batallando por arrasar lo inefable.
Un abrazo.
En literatura no importa la extensión. La calidad de tres líneas puede superar la de trescientas páginas.
Tu texto es rico en significados. Cada vez que lo leo, me sugiere algo diferente, se encienden nuevas luces. Hay en él un hermetismo que incita al lector a su desciframiento. Lo veo en la misma línea de lo que escribes habitualmente.
En tu prosa confluyen, en apariencia, aguas de fuentes dispares. El resultado es un texto para pensar y sentir. No sé si más para lo segundo que para lo primero.
Un texto filosófico, poético, en el que la realidad, en este caso la temporal, queda apresada y plasmada.
El tiempo, tan difícil de definir, atrapado en su complejidad, como un insecto en pleno vuelo, y ahí lo tenemos para contemplar su esencia y admirar su belleza.
Ese tiempo ilógico, desde mi punto de vista, es el presente fecundado por esa llamada que viene a nuestro encuentro y nos conduce a la plenitud.
Enhorabuena, Teresa, por este texto denso que no se rinde a la primera lectura. Un abrazo.
Mi maestro, lo has puesto con toda puntualidad. Así es la creación literaria, eso es escribir literatura. Cada vez que te leo me plenifica es saberte mi admirado amigo, un gran relator, un gran poeta.
Aplauso de pie. Te abrazo muy fuerte y con harto afecto, muy querido amigo.
Me alegro de que coincidamos en cuál es la esencia de la labor literaria, que es la plasmación del impulso creador que nos habita. A ese impulso hay que darle cauce, hay que serle fiel.
Si algo nos rescata, si algo nos salva es esa lealtad, que yo entiendo como un acto de servicio, a ese núcleo de autenticidad, a esa aspiración a la verdad y a la belleza. Gracias por tus palabras y un gran abrazo.
Así es, fuimos regalados con ese impulso luminoso y nuestra tarea es servirlo con lealtad y honestidad, con nuestras mejores posibilidades. La belleza y la veracidad del resultado que produzcamos serán la justa recompensa de haber cumplido con propiedad a la misión. Concuerdo pues contigo y me hermano con tu intención. Te abrazo fuerte, cher ami.
Gracias Antonio, escribimos porque nos hace felices, a veces por necesidad de comunicar aunque sea al viento, a nosotros mismos o a las estrellas, aunque yo diría fundamentalmente porque nos hace felices.
Claro, la escritura nos hace sentir mejor y ser mejores. Yo no escribo, y supongo que nadie, para hundirme en la miseria, sino para salir de ella. Escribo porque me equilibra, porque me ayuda a andar mi camino. Escribo para ser feliz y para que los demás también lo sean. Un abrazo y gracias por el estimulante video de Carlos Núñez.
También se puede escribir para volver a » Recordar lo olvidado o perdido» y salir al encuentro, quizás sea como una especie de obligación placentera a la que nos debemos, sin estar encadenados a ello.
Se escribe para ser Faro de Mar…
Decía José Martí: » La única fuerza y la única verdad que hay en esta vida es el amor. El patriotismo no es más que amor, la amistad no es más que amor». » Los hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen.».
Un abrazo Antonio.
Gran verdad encierran tanto tus palabras como las de José Martí, de quien se me ha quedado grabado este verso juguetón: «como un tomeguín de alas mojadas por la tormenta».
Pensaba que el tomeguín era un insecto, pero es un lindo pajarito cubano.
La Danza y la Música son ESCRITURAS.
De Gabriela Mistral: LOS QUE NO DANZAN
Una niña que es inválida
dijo: -«¿Cómo danzo yo?»
Le dijimos que pusiera
a danzar su corazón…
Luego dijo la quebrada:
-«¿Cómo cantaría yo?»
Le dijimos que pusiera
a cantar su corazón…
Dijo el pobre cardo muerto:
-«¿Cómo danzaría yo?»
Le dijimos: -«Pon al viento
a volar tu corazón… »
Dijo Dios desde la altura:
-«¿Cómo bajo del azul?»
Le dijimos que bajara
a danzarnos en la luz.
Todo el valle está danzando
en un corro bajo el sol.
A quien falte se le vuelve
de ceniza el corazón…
Lo que el hombre dice, hace, escribe, siempre debería ser cuestión de gusto. Un gran escritor es un buen pensador que intuye, vislumbra y logra el equilibrio del tema y la capacidad individual del pensamiento. Si saben emplear un juicio correcto para que sus elementos de expresión transmitan realmente un óceano de sentimientos, pero además utilizan un vocabulario amplio, sencillo, fluido, auténtico; sus textos resultarán plenamente genuinos, disfrutables.
Tu recopilas magistralmente todo lo que implica llegar a hacer explotar ese magma creativo, Y la necesidad de hacerlo, sin duda emerge de la imaginación y del material acumulado por la experiencia vivida através de escuchar voces y leer palabras,
Escribir como un servicio a la creatividad, es además una retroalimentación con el lector que halla un regocijo al poderse identificar con la manera de usar el lenguaje y el estilo del escritor.
Saludos cordiales y buen fin de semana.
Cuando uno se implica o compromete en algo que vale la pena, esa tarea es gratificante. El refrán dice: «Sarna con gusto no pica». El refrán exagera un poco. A veces el trabajo nos agobia o la carga nos resulta pesada. Pero si realmente ésa es nuestra inclinación y nuestra elección, asumimos los inconvenientes y seguimos adelante.
Haces una magnífica definición de escritor. Alcanzar o ajustarse lo más posible a ese modelo requiere empeño y una dedicación diaria, completamente olvidado de las metas.
Me halaga que pienses que me acerco a ese ideal. Me considero un obrero de la palabra que acude puntualmente a su trabajo. Y el trabajo hace milagros.
En la escritura creativa hay por fuerza un desinterés (en el sentido de desprendimiento, generosidad). No se hace por obtener nada a cambio, se hace para dar el máximo de uno mismo. Si eso comporta una conexión con el lector, empatía o comunicación, el escritor está pagado.
Un abrazo y que la semana entrante nos sea propicia.