XXIV
Su falta de respeto es sólo comparable
a su incapacidad para la discreción.
Intemperante, zafio, es la glotonería
el emblema, la piedra angular de su vida.
Es todo un espectáculo contemplar al mentado
comiendo todo aquello que no debe comer:
las grasas, lo picante, las salsas muy espesas,
los guisos, las frituras, comiendo a dos carrillos,
hipando, farfullando, espurreando alimentos,
un hilillo de pringue
por la barbilla abajo, feliz, congestionado,
sosteniendo en la mano un hueso rechupado.
Después de ser testigo de tanta incontinencia,
por supuesto uno queda vacunado a conciencia.

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¿Dónde está la foto que había antes tan bonita del puente?, me parece haber visto a Mary Shelley paseando por él. ¡Ah, que horror de animal!, espero no volverle a ver…jejejej, espléndido Antonio, magnífica tu pintura llena de letras que nos traduce una imagen real a tope, eso es maestría no es otra cosa.
¡Por supuesto que uno queda vacunado!
Un horror, en efecto. El descomedimiento en persona, tanto verbal como gastronómico. Es una imagen que no puede por menos que inspirar rechazo. La glotonería y la palabrería son siempre un espectáculo deprimente. Cuando esas dos «cualidades» coinciden en un solo individuo, entonces apaga y vámonos.
En cuanto a la foto, ¿te refieres a Muelle de la Sal : https://elbosquesilencioso.com/2015/06/23/muelle-de-la-sal/ ?
Te dejo este otro enlace: https://elbosquesilencioso.com/2011/01/18/sevilla/
Que tengas una buena semana.
No a la de la portada, esta mañana la cambiaste por un bosque con un puente ambientada en el romanticismo, luego cuando volví a tu blog, estaba otra vez la de Alajar, ¡ a ver si lo he soñado yo!, ejejejjejej.
La cabecera de que hablas es una de las preestablecidas por WordPress. O eso me parece por la descripción que haces.
Seguramente la has visto en otro blog. Por mi parte, no he cambiado la cabecera. La anterior fue la de las alcachofas silvestres con sus cabezas moradas sobre un fondo de rastrojos. Y ahora ésta que es la más emblemática.
Entonces con toda seguridad es lo que dices de las preestablecidas por Worpress, porque en otro blog su autor me ha dicho que se la han cambiado a él sin esperarlo.
«Después de ser testigo de tanta incontinencia,
por supuesto uno queda vacunado a conciencia.»
Nada más que agregar, lo has dicho puntual, frater, y con ese duende que acompaña a todos tus escritos.
Abrazobeso grande y fraterno, querido amigo.
Se predica con el ejemplo, pero éste puede ser negativo. Sigue siendo, no obstante, una predicación. Lo malo puede contagiarse o servir como contraveneno.
Esas actitudes presididas por una falta total de templanza, esas actitudes desaforadas convierten a los seres humanos en monstruos de feria, en criaturas deformes y a menudo peligrosas.
En este caso se trata de la gula. Son siete, según una clasificación clásica. En todos priman la desmesura, la incontinencia y el egoísmo. Un abrazo.
Lo has dicho, Antonio. Feliz mitad de semana, frater querido.
Reblogueó esto en sara33ia.
Los deseos naturales no necesarios, al exagerarlos por vicio o placer, como en el caso de la insaciabilidad del estómago, no solo flagelan al individuo, lo estigmatizan al grado que lo van excluyendo. De modo que resulta más contraproduscente para él mismo. En cambio, hay deseos peores; ni naturales ni necesarios, como el afán por obtener coronas, que en general hacen mucho más daño. Sin duda, ambas categorias las describes con lujo de detalle en este repertorio humano grotesco.
Un muy buen fin de semana.
Las desmesuras son lamentables, ya sean gastronómicas u otras. En la moderación, en el equilibrio, hay siempre dignidad.
Los excesos son siempre un espectáculo deprimente. La primera víctima, como tú apuntas, es el sujeto en cuestión. En otros caso las víctimas, en efecto, son otras. En ese sentido, la desmesura es más intolerable.
Te deseo lo mismo: un relajante fin de semana.
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