134.-Muy seriamente, en lugar de “alta marroquinería”, la señora dijo: “alta mariconería”.
A uno le preguntaron si sabía lo que era el caviar. A lo que respondió con aplomo: “Pues claro, huevas de centurión”.
135.- Hay temas con una probada eficacia para tener en vilo a la población. Por ejemplo, la lluvia. Si llueve porque llueve. Si no llueve porque no llueve. Cualquiera de las dos posibilidades es válida para dar la matraca.
136.- Escuchado en la calle: “Yo no soy rencoroso ni vengativo, pero ni perdono ni olvido”.
Quien en tal oxímoron incurre es probable que haga, corregido y aumentado, aquello de lo que acusa a los demás, y que cometa los pecados que fustiga añadiendo otros de su propia cosecha.
137.-Escuchado en la calle: “Eso es un problema de dificultades”.
138.-La infatuación aliada a la iconoclastia es dinamita. La hipocresía aliada a la contumacia es estupidez supina. El resultado es el apocalipsis.
139.-El silencio no es forzosamente signo de inteligencia. Se puede ser callado y tonto. La verborrea no admite dudas. Sólo un necio habla sin parar.
140.-Dijo: “No estoy dispuesto a aguantar mucho”. Alguien replicó: “No deberías vivir tanto en tu mundo” “¿No vive cada cual en el suyo?” “Pero tú corres el riesgo de perder el sentido de la realidad” “Precisamente para no perderlo no estoy dispuesto a aguantar mucho”.
141.-La palabra no es cambio sino conversión. Los cambios son falaces. Las conversiones arduas, tal vez imposibles sin una intervención sobrenatural, pero las únicas que, cuando se producen, suponen una regeneración total.
142.-Ser consciente de los actos. Fijar la atención. En caso de desequilibrio volver cuanto antes al centro.
143.-La palabra clave es “lección”. Para que aprendas.
144.-Vivir es hacer frente al tiempo aun sabiendo que acabaremos siendo derrotados.
145.-No pidas a los demás lo que tú no eres capaz de dar.
146.-“¿Repetirías?” me pregunta Emma. “No, por favor” “Y sin embargo tú eres un profundo admirador de la belleza de la Creación” “Que es inconmensurable. Pero una vez es más que suficiente”.
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Me ha encantado y además me he reído, especialmente con la primera y con el «problema de dificultades».
La 144 es la mejor, pero esa no las has oído en la calle, ¿a que no?
De las oídas en la calle, no es chiste de internet, lo prometo, te cuento una:
-Una señora en la farmacia pidió en vez de medias de compresión, medias de comprensión.
La realidad imita o al menos va a la zaga de la literatura. Una cantinela de uno de mis personajes era precisamente que no quería ser compadecido sino comprendido. A la señora de la farmacia la traicionó su inconsciente. Sin duda, lo que necesitamos son «medidas de comprensión».
La anotación 144 nació de una conversación sobre el tiempo.
Me alegro de que estas frases sueltas te hayan resultado divertidas. Es una buena forma de empezar la semana, casi veraniega por estos pagos.
A la 141 le voy a dar vueltas. La 144 es rotunda, dará vueltas en torno a mí. Un abrazo, Antonio.
Los cambios son parciales y temporales. La conversión es un giro permanente de ciento ochenta grados. San Pablo tuvo una camino de Damasco. Que tengas una semana agradable y fructífera.
Digo que le doy vueltas, sobre todo a los conceptos, porque no sé si no pocas veces son tangenciales. Tu exposición intenta clarificar, y en eso estoy. Un saludo ee nuevo, Antonio.
Está bien elegido el adjetivo. Los conceptos son tangenciales de la realidad. Y es que esta se resiste como gato panza arriba a ser aprehendida, es decir, a ser conceptualizada y definida.
Deliciosas anotaciones. Muy graciosas, pero no por ello menos reales y, peor aún, menos frecuentes.
Y para el anecdotario: Mi profesor de español del tercer año de secundaria, tuvo que retirarse antes terminar el primer semestre y el colegio tuvo que echar mano de lo que pudo encontrar en ese periodo. (Eran épocas en que no había la crisis de desempleo que hoy día, y los buenos profesores tenían trabajo desde el inicio del curso; los malos eran los disponibles.) Bueno, el remplazo resultó fatal. No recuerdo la razón, pero el caso es que un día escribió en el pizarrón una oración que empezaba:
«El rey de Mónaco…» Ante tal desatino, no faltó el alumno puntilloso, con toda la adolescencia encima, que le dijo:
«Profesor, en Mónaco no hay rey.» A lo que el interpelado contestó algo enervado (considerando que era inculto, pero no tonto, por lo que percibió la jiribilla de la corrección), borrando rey y sustituyendo:
«Bueno, bueno… el ‘Presidente de Mónaco’..» A lo que el salón en pleno soltamos la carcajada.
Por cierto, ¿crees que sea necesario indicar quién fue el alumno latoso?
Abrazobeso enorme, siempre fiel y cariñoso, frater meus.
«
Estoy seguro de que no hubo mala intención, tal vez ganas de divertirse un poco a costa de la ignorancia del profe.
Los pobres docentes están expuestos a situaciones que les hacen pasar un mal rato. Algunos lo merecen, pero otros, los más inocentes, digamos, sufren vejaciones que claman al cielo.
Ese profe se encontró con un chico culto que le puso los puntos sobre las íes. Un abrazo.
Bueno, debo confesar que, si bien recuerdo, la corrección que le indiqué fue porque hasta ese momento nunca habíamos tenido un profe con tal grado de elemental incultura. Malos maestros los habíamos padecido en ciertas asignaturas y en algunos momentos (malos porque no eran docentes, sino el típico caso de personas que toman el trabajo de enseñar como la ünica opción que les queda, ejerciéndolo sin convencimiento, sin responsabilidad), pero salirnos el profesor con tal exhibición rebasó mi paciencia. Lo que siguió fue la cerecita del pastel.
A mí nunca me tocó, pero a un amigo del colegio, estando en sus cursos universitarios, tuvo la «suerte» de toparse con un profesor que escribía con faltas de ortografía en el pizarrón. Me comentó que su reacción fue de malestar, antes que de enojo o indignación, algo así como «pena ajena».
En fin, cosas que nos suceden en la vida.
Abrazobeso siempre fraterno y cariñoso, siempre fiel y lleno de admiración, magister et frater carissimus.
Todos hemos tenido o padecido profesores que no eran acreedores de tal título. Recuerdo más bien indiferencia, escasa implicación en el trabajo. Algunos no estaban al servicio de los alumnos, sino estos al suyo.
Me gusta mucho la 139, tiene mucha razón… pero en general todas son interesantes, especialmente cuando hay ironía 😉
Celebro que aprecies el tono irónico o humorístico de estas anotaciones. Por cierto, la 139 es seria. Lo que se dice hay que entenderlo al pie de la letra.
Sí, cierto, cuando hablaba de ironía me refería a otras 😉
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