213.-El presentador, sobrado de complacencia, pagado de sí mismo, quiso pillar al entrevistado con una pregunta sobre un político de signo contrario. El personaje invitado había capeado con gallardía el avieso cuestionario a que había sido sometido. Y ese triunfo molestaba al presentador que creyó ponerlo en un apuro cuando lo instó a decir algo positivo de su contrincante en el poder. Distante y sonriente se quedó esperando la respuesta que no tardó en llegar. Sin inmutarse el otro dijo que carecía de perspectiva, que el tiempo diría si ese gobernante había hecho algo bueno.
214.-Su vida se divide en tres periodos sólo exteriormente diferenciados. En su juventud fue “hippy”. En su adultez se adhirió al “look” obrero. Y ahora se ha convertido en un consumado “hipster”. Viste bien, con toques “vintage”. Repeinado y con gafas oscuras, compone una imagen que puede engañar a quien no lo conozca. Abandonó los estudios. Nunca ha trabajado. Es un “nini” con más de cincuenta años que ha cambiado de apariencia tres veces.
215.-Era un aparatito rectangular, negro, que cabía en la mano. Al principio me pareció una piedra pulida, un adorno para un collar, un colgante. Pero nada de eso era. Le pregunté al chico para qué servía ese invento. Se mostró remiso, como si no se fiara de mí. Esbocé la más encantadora de mis sonrisas e insistí.
“Sirve para indagar en el propio interior. Este dispositivo me permite profundizar en mí mismo en cualquier momento y lugar”.
El muchacho hablaba en serio. No había en su mirada el menor rastro de ironía. Sus palabras sonaban sinceras. No me estaba tomando el pelo. “¿Y qué haces después?”
“Después analizo” “¿Entras dentro de ti para para restablecer tu equilibrio?” “Busco la voz” “¿La voz o la verdad?” “La voz”.
“¿No sería mejor salir fuera?” “La confrontación con los demás es también provechosa. Pero este aparatito impide que me convierta en el muñeco de un ventrílocuo” “¿Alguna cosa más que haya que saber?” “Que nunca hay que forzarse”.
216.-La verdad es una aunque sus percepciones sean variadas, incluso contradictorias. La verdad, por naturaleza y por definición, es y sólo puede ser una.
217.-El entusiasmo (etimológicamente “soplo interior de Dios”, “inspiración o posesión divina”), entendido como “exaltación del ánimo por algo que lo cautiva”, es la condición que valida el trabajo artístico.
218.-La soledad propicia la inspiración, el bullicio la espanta. La primera es la tierra en la que germinan las ideas y chisporrotean las intuiciones. El segundo es estéril y sofocante.
219.-La inspiración es el camino que conduce a la verdadera patria del poeta, a esa tierra resplandeciente en la que la permanencia es siempre breve y problemática. Es el camino que lleva a lo más profundo del alma. En esa región no existe el yo. Es el lugar de la creación, la cual trasciende al individuo que se convierte en un instrumento, en un cauce de expresión.
La genuina alegría que se experimenta en esa inmersión y en esa estancia, es la prueba de la autenticidad de esos momentos. La prueba de que la vida verdadera es esa y no el cúmulo de deseos, inquietudes y expectativas que conforma nuestro diario penar.
220.-La vida y la literatura se entrecruzan inevitablemente en la escritura. No se puede prescindir de ninguna de las dos so pena de caer en el academicismo o en el “reality show”.
221.-La escritura es un acto de afirmación. La pluma, el bolígrafo, el lápiz o el ordenador son puntos de anclaje.
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Hoy todo sirve para parecer interesante, Antonio. La vida es la variedad que diría Blasco Ibañez. Un abrazo. Feliz día.
Lo malo que es sólo «parecer». En cuanto se escarba un poco o no hay nada o subyace una filosofía deletérea. Un abrazo.
Es necesario estar solo para crear pero también salir al mundo. Una mezcla de las dos situaciones.
Las intuiciones y las ideíllas me vienen cuando paseo solo por el campo. Allí me regenero. La gente me aturde mucho. Pero es verdad lo que dices. Si no queremos perder el sentido de la realidad, hay que salir al mundo.
También es verdad lo que dices tú. Esa soledad y más si es en la naturaleza es como una medicina y una gran fuente de inspiración.
Brillantes todas las anotaciones de hoy.
Sobre la 216, añado que al igual que la verdad, la realidad también es sólo una. Es el sesgo relativista y la falta de pensamiento educado en la lógica y la filosfía lo que hacen que la mayoría hable de «mi verdad», «mi realidad», o la tuya o la suya, cuando sólo se trata de un porción de esa verdad o de esa realidad únicas, pues somos incapaces de abarcarlas en su totalidad.
De la 217 a la 221, sólo puedo quitarme el sombrero y aplaudirte de pie.
Abrazobeso con cariño fraternal, enorme admiración y siempre fiel. Antonio querido.
Corrijo mis erratas cada vez más involuntarias…
«….a lógica y la filosofía son lo que…»
«…sólo se trata de una porción de esa verdad o…»
Perfectamente expresado. La realidad también es una, como la verdad. Hablar de mi verdad o de mi realidad es abusivo, es sólo una forma de mantener el diálogo o el monólogo. Entiendo que en ese caso exponemos la propia experiencia de la vida, a la cual nos atenemos a efectos prácticos.
Generoso y cariñoso, como siempre. Un abrazo.
Así es. Es atenerse a la experiencia propia. No es indebido. Lo inadecuado es generalizarla y hacerla pasar por La Experiencia,
Abrazobeso siempre cariños, fraterno y agradecido. Antonio querido.
La escritura es un acto de afirmación. Y un acto de amor. Abrazos, Antonio.
Las dos cosas, Eladio. Y tal vez alguna más, pero fundamentalmente las dos señaladas. Un abrazo.
Me cuesta mucho responder en palabras a todo lo que entiendo profundamente de tu(s) entrada(s). Por eso a menudo no pongo nada aquí, pero si lo leo todo con mucha atención, para luego sumergirme en un agradable proceso de reflexión e ‘imaginación’. Es como si me ayudaras a organizar..
Feliz tarde, Antonio. Aquí es temprano todavía.
Aquí está anocheciendo aunque no estoy seguro porque tengo echada la persiana de mi estudio. Así me concentro mejor cuando trabajo, al menos en Sevilla.
Si lo que escribo, en particular estas anotaciones tan personales, es una invitación a la reflexión, a la profundización, a la fabulación, me alegro enormemente.
No tengo ningún objetivo al escribir estas líneas salvo expresarme con rigor y sin traición. Lo que acaece es un proceso de afinidad.
Tú te organizas, yo me organizo. Matamos dos pájaros de un tiro. Esta alusión no es muy afortunada. La dejo ahí de todas maneras. Un abrazo y buen fin de semana.
216. Lo dudo mucho de que es una sola verdad, quizá en plan de las cosas materiales en ciertos casos. Muy buenas son tus reflexiones…hacen pensar.
Gracias, Tatiana. Está bien plantearse algunas cuestiones. Esa actitud nos humaniza y nos diviniza al mismo tiempo. Y está bien intercambiar nuestras reflexiones.
Para mí no hay duda. Desde el punto de vista filosófico y religioso la verdad es una. Esta premisa se impone con el peso de la evidencia.
Incluso en este mundo sublunar es así también. La justicia se basa en el establecimiento de la verdad. Si todo fuera relativo, no habría justicia. Ya sé que la realidad cotidiana puede ser un auténtico cacao.
Querido Antonio: siempre te suelto el mismo rollo, pero es que me sale del alma. Si me gustan tus relatos, diría que aún más tus «anotaciones varias» porque, al placer de la lectura se suma el de la reflexión. Esta vez me he quedando dándole vueltas a tu anotación sobre la verdad única. ¡Cómo siento mi total incultura filosófica!, pero aun a riesgo de quedar como una necia no puedo dejar de preguntarme intuitivamente: pero, entonces, ¿qué es la verdad? Porque si todo lo que conocemos de ella no son más que percepciones… ¿cómo saber cuál es esa verdad única e inamovible? ¡Por cierto, he echado en falta a Emma!
Gracias, Carmen. Tu comentario levanta el ánimo en este día plomizo. Por cierto, estoy muy contento de que llueva en esta tierra de María Santísima.
La anotación 216, que me parece de una evidencia aplastante, resulta ser más problemática de lo previsto. Quizá la palabra rechazo es demasiado fuerte, pero hay una resistencia a aceptar esa proposición.
Es una cuestión que no me veo con capacidad para exponerla concisa y claramente en una réplica.
Para mí se trata de un axioma y, en su defecto, de un acto de fe.
Desde el punto de vista lógico está claro que admitir varias verdades es una contradicción. Por detrás de las legítimas percepciones tiene que haber un núcleo irreductible.
Incluso a niveles pragmáticos lo hay. La pregunta: ¿quién ha robado esto?, sólo tiene una respuesta. Otra cosa son los atenuantes y los agravantes.
Emma, si no cambia de opinión, nos visitará la semana que viene. Un abrazo.
También llueve en nuestro secarral. Por lo general, la lluvia me deja el ánimo renqueante, pero esta semana que -¡por fin!-, después de muchos meses, ha caído un aguacero, me han entrado ganas de lanzarme a la calle bailando el «Singing in the rain… Hasta mañana, Antonio, con la nueva entrega del Viaje.