Se cita este poema de Francis Jammes como una de las fuentes de inspiración de “Platero y yo”. Es probable que Juan Ramón Jiménez lo conociera, pero esta referencia parece traída por los pelos.
Ambas composiciones se caracterizan por su extraordinaria sensibilidad hacia los animales y hacia la naturaleza. La diferencia más notable quizá sea que en el escritor francés alienta una profunda religiosidad, cuya aparente sencillez no debe llamar a engaño. En el español prevalece el planteamiento estético sublimado al extremo, lo cual no significa que su elegía andaluza no esté recorrida de cabo a rabo por una visión trascendente de la realidad. Esta es, por lo demás, la marca de fábrica de la verdadera poesía, que es la que abre puertas al infinito.
Esta es una de las catorce oraciones que Jammes dirigió a Dios para hacerle una petición, salvo las tres en que lo alaba, en que le ofrece simples palabras y en que confiesa su ignorancia.
En esta plegaria el poeta expresa su deseo de llegar al Paraíso en compañía de los burros, y expone las razones de ese peculiar ruego.
En el centro de la obra de este autor se halla su tierra natal (el Bearne y el País Vasco donde pasó la mayor parte de su vida), como Moguer en la de Juan Ramón Jiménez.
Jammes, por cierto, no sólo en este devocionario sino también en “Del Ángelus del alba al Ángelus de la tarde” rinde al hermano burro un conmovedor homenaje.
Cuando tenga que ir, Dios mío, hacia ti,
(…)
cogeré mi bastón y en marcha me pondré,
y diré a los burros: Amigos míos, yo soy
Francis Jammes que voy al Paraíso,
pues en el país de Dios el infierno no existe.
Les diré: Amigos tiernos del cielo azul, venid,
pobres bestias queridas que con vuestras orejas
espantáis las moscas, los golpes, las abejas…
Que aparezca ante ti en medio de esas bestias
a las que quiero tanto porque bajan la testa
dulcemente, y se paran juntando sus pezuñas
de manera tan dulce que lástima inspiran.
Llegaré precedido por sus miles de orejas,
por los que transportaron en sus flancos serones,
por los que remolcaron carromatos de circo
o carros de chatarra y fúnebres carrozas,
por los que en sus espaldas llevan grandes bidones,
por las burras preñadas como odres, que andan mal,
por aquellos a quienes ponen pantaloncitos
a causa de las llagas azules, supurantes
que les hacen las moscas agrupadas en círculos.
Dios mío, haz que venga con ellos hasta ti.
Haz que en esa quietud nos conduzcan los ángeles
hacia arroyos frondosos donde lisas cerezas
como la riente carne de las muchachas tiemblan,
y haz que, asomado donde moran las almas,
en las divinas aguas sea igual que los burros
reflejando su humilde y apacible pobreza
en la limpidez del amor eterno.
Traducción de Antonio Pavón Leal
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Gracias por rebloguear. Saludos cordiales.
je ne résiste pas: la France entière l’a apprise !
J’aime l’âne si doux
J’aime l’âne si doux
marchant le long des houx.
Il a peur des abeilles
et bouge ses oreilles.
Il va près des fossés
d’un petit pas cassé.
Il réfléchit toujours
ses yeux sont de velours.
Il reste à l’étable
fatigué, misérable.
Il a tant travaillé
que ça vous fait pitié.
L’âne n’a pas eu d’orge
car le maître est trop pauvre.
Il a sucé la corde
puis a dormi dans l’ombre.
Il est l’âne si doux
marchant le long des houx….
Francis Jammes
ghv
C’est un poème musicale, vraie, touchant. Moi qui ne suis pas français, je le connais et l’aime aussi. Francis Jammes est un écrivain qui fait vibrer la corde sensible. Ses quatorze prières sont aussi quatorze méditations, auxquelles on peut revenir aussi souvent qu’on le veut en sachant qu’on y retrouvera de la paix. Cordialement.
Por eso, en el colegio nos ponían las orejas de burro, para no ir al paraíso de los listos.
El paraíso es de los buenos, que suelen ser los que pasan por tontos. Si hay un paraíso de los listos, me da la impresión de que no debe ser muy agradable. Saludos cordiales.
También lo creo así. Un saludo y feliz día.
Celebro, con Platero, este homenaje al burro. Me encantó.
A mí me encanta también este poema de Francis Jammes en el que, al igual que en los restantes que componen sus Catorce Oraciones, nos presenta nuestra pequeñez y nuestra grandeza. En este, además, nos da una lección de humildad. Un abrazo.
Los burros lo merecen…trabajan mucho , son simpáticos pero ignorados totalmente en la literatura mundial, solamante los refranes humillantes… . » A palos entiende el burro» , «Al burro el palo y a la mujer el regalo» «Al burro que más trabaja, a ése le echan menos paja » etc. etc.¡¡¡ Bravo , Antonio!!!
¡Pobres burros! Lo que dices es verdad, pero no todos los escritores los han ignorado. JR Jiménez les ha dedicado, en la figura de Platero, que es uno de los libros más bellos de la literatura en español, un inolvidable homenaje. También Robert Louis Stevenson escribió un libro titulado «Viajes con una burra por los montes de Cévenens». La burra se llamaba Modestine.
Y después está este hermoso poema, esta oración que evoca en mí la imagen de Francis Jammes con su bastón seguido de una multitud de burros camino de un horizonte resplandeciente.
A todo esto, feliz Día del Trabajo.
¡¡ Feliz Día del Trabajo y de los que trabajan como un burro!! Besos.
Me encanta esta oración, tanto que creo la voy a aprender de memoria. Saludos
Es un hermoso y rítmico poema en el original francés, que espero no haber traicionado más de lo debido en mi versión al español.
Para ser recitado o rezado, que viene a ser lo mismo. Saludos cordiales.
Hermoso y conmovedor poema-plegaria. El simbolismo del burro (una de tantas criaturas en peligro de extinción hoy día) es muy profundo de tan sencillo que es.
Abrazobeso fraterno y cariñoso.
Coincido contigo. Seguramente el burro fue uno de los primeros animales domesticados, y sin duda ha sido uno de los más explotados, y que peor trato han recibido. Por todo eso el poema-plegaria de Francis Jammes es todavía más emotivo y aleccionador. Un abrazo.
A great skill when a poet can transform transcendentalism into material needs and vice versa.
No doubt. Francis Jammes had that skill and great tenderness. Thanks for comment.