Kierkegaard es un pensador que ha influido en numerosos escritores: en Unamuno, que aprendió danés para leerlo en el original, en Kafka, en Ibsen y en muchos otros. Es un lugar común considerarlo el padre del existencianlismo.
Aunque Kierkegaard no lo fue, ni siquiera se casó, otorga al padre una gran importancia. De él dice en su autobiografía que es un espejo donde el hijo se ve en el futuro. Y viceversa, el hijo es también un espejo donde se refleja el padre.
Las relaciones con el suyo no fueron buenas. Estuvieron marcadas por la melancolía del hijo, de la que el padre se creía culpable, y por la tristeza del padre, de la que el hijo se responsabilizaba. El resultado fue, como posteriormente lo sería también en el caso de Kafka, el silencio y el distanciamiento.
Esa melancolía, que será también la causa de su ruptura con Regine Olsen, lo arroja en el pecado y el desorden, aunque el propio Kierkegaard admite que, más que una cuestión teológica, se trata de un desequilibrio psíquico. Él habla exactamente de demencia.
En el fondo de su desarreglo Kierkegaard toca la fe. Este hecho significa un regreso a sí mismo. Pero el filósofo nórdico no se llama a engaño. Es consciente de que su barco hace agua desde el principio. Reconoce asimismo que debe a su esfuerzo por mantenerse a flote una existencia espiritual fuera de lo común. El desarrollo de su interioridad está en relación directa con sus desfallecimientos. Esa aflicción, lo que él llama “una astilla en mi carne”, es la causa de su excepcionalidad. Este planteamiento hace soportable su situación. De este modo tapona la vía de agua.
A la astilla en la carne dedica Kierkegaard varias reflexiones. Gracias a ella no se ha alejado de las cosas del mundo. Aunque quisiera dar la espalda, no podría. No hay mérito en su actitud. Y si hay alguno, a la esquirla corresponde.
Su angustia engendra un sentimiento religioso. Su desesperación lo conduce a la fe. Esa punzante astilla es la prueba de que él es un elegido. La tarea que le aguarda es la de escribir, la de dejar constancia de su periplo vital.
“Desde mi primera infancia, una flecha de dolor se clavó en mi corazón. Mientras se quede ahí, soy irónico. Si la arrancan, muero”.
Kierkegaard recurre a otra imagen marina cuando habla de la actitud correcta. Es la de un remero en su barca. Otra figura que clarifica esta cuestión es la del actor cegado por los focos ante el cual se abre la noche. Los remos ayudan al primero a avanzar sin pensar en el mañana. La profunda oscuridad sostiene al segundo.
Vivir inmerso en el presente, embebido en la tarea que uno tiene entre manos, implica no preocuparse por el futuro. Sólo existe el hoy y la misión que estamos desarrollando. Fijar la vista en el objetivo para medir nuestro progreso es una distracción que nos detiene o nos hace retroceder. Nuestro poder, si de tal cosa no es disparatado hablar, radica en estar presente, en ser contemporáneos de nosotros mismos.
La lucidez de Kierkegaard lo impulsa a asumir su desazón y a no buscar consuelo en la oración, no porque él se niegue a rezar. Como testigo insobornable de la verdad no le pide a Dios que alivie sus penas, sino que le dé fuerzas para resistir. Según este caballero de la fe, cuanto más ferviente es la súplica, más profundamente uno se hunde en el sufrimiento y más se acerca a Dios.
Ein sehr sympathischer Philosoph bis auf den heutigen Tag …
Liebe Neujahrsgrüße vom Lu
Do you think Kierkegaard was a sympathetic philosopher?
I would say that he was a tormented man, with deep religious concerns.
New greetings for the New Year.
Entweder – Oder ist ein seehr sympathisches Buch. Søren der Verführer 😊
No lo conocía. Muchas gracias, como siempre, por compartir tus saberes. Un abrazo y feliz año Antonio.
Los comparto gustosamente. Que en este nuevo año se cumplan tus deseos literarios y no literarios. Un abrazo.
Reblogueó esto en Multiversidades. Trato aquí de múltiples versiones del mundo, y lo hago desde Sarón, Cantabria, España..
Gracias por rebloguear. Saludos cordiales.
Creo que es lo mejor que se puede pedir si se reza: fuerza para resistir lo que venga.
No he leído nada de él aunque sí conocía de refilón algo de su pensamiento.
Si has estudiado filosofía, y concretamente el existencialismo, algo habrás oído de este pensador danés que fascinó a Unamuno.
En la asignatura de Fundamentos de Filosofía mi trabajo versaba sobre su concepto de la angustia. La verdad es que me desbordó.
Hace tiempo que tengo ganas de leer a este autor, pero no se por donde empezar. Tal vez tú puedas recomendarme alguno de sus libros o algún texto suelto por donde empezar a conocerlo.
Puedes empezar por su Autobiografía, que no sé si está traducida en español. Esto no quiere decir que yo la haya leído en danés. Otro libro suyo más conocido, no filosófico, y al parecer bastante interesante, es «Diario de un seductor». De momento no lo he leído. Lo añado a mi lista de próximas visitas literarias.
» La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada »
«La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más. «….Soren Kierkegaard
Gracias por la información, Ya estoy buscando , leendo ,entrando en los detalles del existencianlismo teniendo el vertigo de las vueltas filosóficas.
Aunque en realidad todo es más simple…la vida tiene que ser experimentada.
Un beso .
Mi primer trabajo de filosofía en la facultad fue sobre el concepto de la angustia de Kierkegaard. Lo dejé inacabado, no lo presenté. Era demasiado joven e inexperto.
A partir de Kierkegaard la filosofía se desplaza de la esencia y del idealismo a la existencia, que es lo único que se considera real. Es decir, se inaugura el existencialismo. Pero la perspectiva y la apertura nos las dan las ideas.
Creo que Kierkegaard fue mayormente infeliz, que su vida fue un problema. ¿Cuándo no lo es? Un abrazo.
Este artículo me va a servir para mis personales archivos sobre las biografías y tendencias de los más relevantes filósofos de la historia; está sucinta, breve pero condensadamente redactado.
Es un honor formar parte de esos archivos. Y me complace lo que dices sobre la redacción de este artículo.
Tienes un blog muy interesante que iré explorando poco a poco. Saludos cordiales.
Claro, sintético, excelente. Una prosa envidiable. Sigo.
Al igual que en algunos libros que leí hace tiempo de Kierkegaard, hay una parte del «Diario de un seductor» que me lleva a comprender donde reside, según Sören, el problema de la angustia. Se refería al seductor pero en realidad iba más allá, al englobar el estado de insatisfacción y/obnubilación que genera la angustia: “No puedo imaginar una tortura mayor que la congoja de una inteligencia intrigante que de repente pierde su hilo conductor y que, cuando su conciencia despierta y trata de salir del laberinto, vuelve contra sí mismo toda su penetración cerebral. Le resultan inútiles todas las salidas de su cueva de zorro: cuando cree alcanzar la luz del día, se da cuenta de que se halla delante de una nueva entrada y, como una fiera despavorida, en la desgarradora desesperación que le acomete, trata de nuevo de salir, pero de nuevo sólo encuentra entradas que lo conducen de nuevo a sí mismo” “También yo me siento arrastrado en aquella zona nebulosa, en aquel mundo de ensoñación, donde nuestra misma sombra nos asusta a cada instante”.
Él también expresa en el mismo libro: «Hombres que todo lo pierden cuando el ser interior se muestra, así como este espejo perdería su imagen, si ella se traicionara ante él un solo instante…»
Entiendo que todo confluye y va a la misma fuente del Ser. Personas que son capaces de mostrar su ser interior y que llevan una vida integra, es factible que nunca lleguen a sentirse presas en ese atolladero.
Un abrazo.
Esas citas son muy interesantes y clarificadoras. Kierkegaard, en mi opinión, era un hombre extraordinariamente lúcido, incapaz de autoengaño. Para vivir medianamente feliz hace falta cierto grado de inconsciencia, de frivolidad, de insustancialidad. El exceso de análisis conduce a la inmovilidad, sella las salidas. El filósofo danés era, además, alguien inteligente y sensible. El resultado de lo antedicho es un gran escritor y un ser atormentado. Un abrazo.